Cuando todo parecía encaminado para que Carlo Ancelotti finalmente asumiera la dirección técnica de la selección brasileña, un nuevo escándalo administrativo amenaza con truncar nuevamente ese plan. El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, enfrenta una posible destitución por presunto fraude documental, lo que abre un nuevo capítulo de incertidumbre institucional en el fútbol brasileño.
El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil reabrió esta semana el caso que ya había puesto en tela de juicio la continuidad de Rodrigues el año pasado. El dirigente es acusado de alterar de manera irregular las reglas electorales internas de la CBF para garantizar su reelección, en un proceso que ahora ha sido cuestionado por un informe pericial que detecta firmas falsificadas en documentos clave que validaban su retorno al cargo en enero de 2025.
La firma en cuestión corresponde al exvicepresidente Antônio Carlos Nunes de Lima, quien, según la experta documental Jacqueline Tirotti, no tenía las capacidades físicas ni cognitivas para firmar en el momento señalado. El análisis revela que su rúbrica fue presuntamente falsificada y que el documento carece de elementos mínimos de autenticidad, como iniciales y fijación de páginas, lo que facilitaría manipulaciones internas en los acuerdos firmados para “pacificar” la crisis dentro de la confederación.
Este giro inesperado tiene consecuencias inmediatas para el futuro de la selección nacional. La llegada de Ancelotti, cuya vinculación ha estado supeditada a la estabilidad institucional de la CBF, vuelve a quedar en suspenso. En 2023, un contexto similar ya había frustrado su posible nombramiento, y ahora se teme que el italiano opte nuevamente por alejarse de una entidad sumida en el caos administrativo.
La situación jurídica de Rodrigues podría definirse en las próximas semanas, pero mientras tanto, el futuro del banquillo de la Canarinha vuelve a estar en el aire.