Después de una larga espera, Estados Unidos decidía su futuro este martes 5 de noviembre. Millones de personas han acudido a las urnas para dictar sentencia. Y lo que las urnas han dicho es que el líder del Partido Republicano, Donald Trump, se ha alzado con la victoria y volverá a la Casa Blanca.
Trump se impone así a Kamala Harris, la hasta ahora vicepresidenta de los Estados Unidos, que cogió el relevo de Joe Biden después de que este abandonara la carrera electoral meses atrás en gran parte por la imagen que dejó en el que fue su último debate con el líder republicano.
La victoria del líder republicano solo se explica de una forma: el golpe sobre la mesa en los estados clave. Son llamativos, por ejemplo, los resultados en Georgia, un estado en el que Biden se llevó una ajustada victoria en 2020 aunque, eso sí, fue Trump quien tiñó de rojo ese estado en 2016. También ha sido considerable la distancia en Pensilvania, otro ‘estado bisagra’ que se ha decantado a favor de los republicanos.
Los ciudadanos de Estados Unidos no han hecho sino confirmar la tendencia electoral que ya se extiende desde el 2012. Son ya 3 alternancias las que se han producido desde entonces. Barack Obama le daba por segunda vez consecutiva a los demócratas ese año. 4 años después, Donald Trump entraba por primera vez a la Casa Blanca. El país volvía a teñirse de azul en 2020 con Biden. Y, ahora, los republicanos son mayoría de nuevo.
Estados Unidos se queda, con este resultado, sin nombrar a la primera mujer presidenta en toda su historia. Ya se quedó a las puertas con Hillary Clinton en 2016. Ahora, el ‘verdugo’ ha sido el mismo, Donald Trump. El futuro vuelve a ser incierto para el Partido Demócrata y para Kamala Harris. La historia de Estados Unidos nos dice que pocas veces un candidato repite en las siguientes elecciones.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO