El Chelsea despejó de un plumazo todas las dudas que pudieron surgir tras el empate de la pasada jornada ante el Burnley. El conjunto de Thomas Tuchel volvió a mostrar la solvencia que lo caracteriza para asaltar el King Power Stadium con tres goles que pudieron ser varios más entre ocasiones fallidas y goles anulados.
El conjunto 'blue' salió al verde, consciente de que no se podía permitir otro pinchazo. Desde el primer momento se hizo con el control total del partido a través de imprimirle ese ritmo vertiginoso al juego que quiere Tuchel. Ben Chilwell, en su vuelta a casa, avisó con un balón al poste a los cuatro minutos, de lo que le esperaba a su ex equipo.
El propio Chilwell sería el encargado de poner el córner, para que Rudiger cabeceara dentro el primero de la tarde. Como de ex iba la cosa. Tuvo que aparecer otro. N 'Golo Kanté, demostró una vez más que sabe hacer cualquier cosa dentro de un campo de fútbol. El francés cogió el balón en el medio del campo y los jugadores del Leicester no lo vieron hasta que el balón ya estaba dentro de la red. Tras una gran conducción, la mandó a guardar con chut desde la frontal.
En la segunda mitad más de lo mismo. El Leicester que empieza a estar en una situación preocupante no fue capaz de reaccionar ni tras la bronca de su afición en el descanso. El Chelsea siguió con el habitual rodillo, solo la falta de acierto y los fueras de juego evitaron que el partido acabara en debacle para los locales.
Solo se puede contar el gol de Pulisic en el 70' tras una gran jugada colectiva, pero la verdad es que pudieron caer tres o cuatro más. Al conjunto londinense le anularon hasta tres goles por fuera de juego en apenas diez minutos.
El Chelsea terminó imponiéndose 0-3 en un King Power Stadium prácticamente vacío en los minutos finales. El conjunto de Tuchel recupera sensaciones y mantiene la distancia con los rivales en lo alto de la tabla de la Premier.
FUENTE: MARCA.