Esta estaba siendo la temporada de Thibaut Courtois (27 años), descargado ya del recurrente debate con Keylor Navas y con plenos poderes de titular. El belga cazó al vuelo la oportunidad, recuperando tras algunos titubeos iniciales el nivel que le llevó al Bernabéu. “Para mí es el mejor”, dijo Zidane en enero. “Puede romper, sin duda alguna, todos los récords en la portería del Madrid”, destacó su seleccionador, Roberto Martínez, en AS. Ahora, repuesto de su lesión ante el Betis, justo antes del parón por el coronavirus, trabaja con un aliciente especial: su tercer Zamora. De lograrlo, igualaría a Ricardo Zamora, Gregorio Blasco, José Vicente Train, Salvador Sadurní, Arconada y Ablanedo.
Courtois es uno de los firmes candidatos al trofeo. Y ese quizá sea el mayor síntoma de su alto rendimiento, salvador habitual del Madrid en esta 2019-20. Ha sido él quien ha sujetado, especialmente en la Liga, a un equipo al que se le nubla la vista cuando mira a la portería rival, con seis encuentros sin marcar. El paraguas del belga, sólo 16 goles encajados y un 50% de puertas a cero en 24 jornadas, ha evitado más de un hundimiento.
Su coeficiente es de 0,67, el mejor de todos los porteros de la Liga que han disputado al menos tres partidos. Para optar al Zamora, no obstante, ha de participar al menos 60 minutos en al menos 4 encuentros más, hasta alcanzar los 28. Su principal competidor será otro muro, Oblak, batido 21 veces en 27 jornadas, con una media de 0,78.
Vuelta a su hábitat
A Courtois no le es desconocido este escenario. Al contrario, sabe lo que estar en la cima de los porteros en España. En su currículo ya constan dos ediciones del Zamora, ambas de su paso por el Atlético, en la 2012-13 y en la 2013-14.
Aquel doblete le inspirara para suceder a Casillas, su ídolo y el último madridista en conseguir el galardón. Ha llovido desde aquello, en la 2007-08 (32 tantos en 36 partidos), y para recuperar ese prestigio para el madridismo trabaja Courtois en su casa. Tiene algo grande entre manos para cuando regrese el fútbol.