El Inter de Milán protagonizó otro ridículo europeo al caer con claridad en el campo del Sparta Praga en un encuentro donde los italianos cometieron errores indignos del fútbol de alto nivel. El gol de Palacio fue demasiado poco para tapar el desastre táctico de los de Frank De Boer.
El partido se puso pronto de cara para los checos. Un error en la salida del Inter a los siete minutos provocó una rápida transición hacia el área italiana. Felipe Melo no acertó a despejar y dejó el balón muerto a Vaclac Kadlec, que superó por el palo corto a un vendido Handanovic. El delantero checo se mostró muy activo en los primeros minutos y cerca estuvo de marcar el segundo. Murillo le robó finalmente el balón tras arrollarlo dentro del área pero el colegiado se desentendió de la jugada. El central colombiano estuvo muy inseguro y sus despejes centrales dieron segundas jugadas a los delanteros locales.
No obstante, el 2-0 llegó de una forma todavía más humillante. En una falta lejana, los de De Boer se situaron en la frontal preparados para un balón colgado, dejando solo a Kadlec a su costado. Un pase rápido fue suficiente para que el ariete se quedara solo y lograra su doblete en apenas 25 minutos ante la desesperación de Handanovic y la incredulidad de Frank de Boer en el banquillo. Las acciones aisladas de Rodrigo Palacio eran insuficientes para que los de Milán inquietaran al portero Koubek.
La segunda mitad empezó como la primera. Kadlec estuvo cerca de lograr el hattrick en una buena jugada individual frente a una defensa que caminaba sobre el Generali Arena. El disparo del eslavo se fue rozando el larguero pero volvió a dejar en evidencia a los italianos. Palacio seguía con su guerra en solitario, sacando disparos de la nada y cayendo a banda para poner centros que no encontraban rematador. Hasta que por fin obtuvo su premio. Una rápida pared con Eder dejó al argentino solo para poner el 2-1.
El gol y la entrada de Icardi dieron esperanzas a los transalpinos, si bien fue tan solo un espejismo. Ranochia cometió una falta a los tres minutos y vio su segunda amarilla. Para más desgracia, en el lanzamiento de la falta, el central Holek puso el 3-1 que sentenciaba el partido y deja muy tocado al Inter. La escuadra milanesa todavía no ha puntuado en la Europa League tras dos jornadas y ahora deberá medirse al Southampton, a priori el rival más duro del grupo.