Tuesday, December 9, 2025
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ESCÁNDALO EN AFA: La mansión que despertó las sospechas de los vecinos de Villa Rosa

En Misiones al 4000, en la localidad bonaerense de Villa Rosa, partido de Pilar, la quietud habitual de un barrio periférico quedó trastocada por la imagen de los efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) apostados frente a la entrada de un complejo cuya escala impresiona desde afuera.

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Los uniformados, instalados desde el viernes pasado, custodian una propiedad blindada con muros altos, alambrados electrificados, cámaras, palmeras y un helipuerto interno que se deja ver entre los huecos del perímetro.

Para los vecinos, la irrupción policial convirtió en asunto público lo que hasta entonces era un comentario entre murmullos: la mansión levantada a una velocidad inusual había despertado sospechas mucho antes de que ingresara en el radar de la Justicia.

“Esto se levantó todo en un año: se hizo la mansión y, a la par, la calzada de la calle, lo que llamó la atención de inmediato”, relata Alejandro, quien vive en El Overo I, un pequeño barrio que ocupa unas cinco manzanas, mientras corta el pasto en un lote que compró hace algunos años.

El predio, construido sobre un terreno de 105.384,80 metros cuadrados, quedó señalado luego de que la Coalición Cívica presentara una denuncia por presunto lavado de activos mediante estructuras societarias opacas y supuestos testaferros.

La presentación sostiene que detrás de la adquisición del terreno y las obras podrían estar el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, y su tesorero, Pablo Toviggino, quienes habrían utilizado intermediarios. El planteo judicial incluye documentación, imágenes y registros nominales que muestran un despliegue patrimonial difícil de explicar para los titulares formales del inmueble: una jubilada y un monotributista.

Las pruebas incorporadas al expediente dan cuenta de un presunto catálogo de ostentación que conforma el interior del lugar: autos de colección, caballos de carrera, canchas deportivas, un haras y hasta un helipuerto, ubicado a pasos del ingreso por Misiones y visible entre algunos huecos del cerco.

La obra, señalan los habitantes de la zona, avanzó con una celeridad que contrastó con el ritmo habitual del barrio. En un área donde las construcciones suelen demorarse años, el levantamiento de muros, instalaciones y caminos internos se habría completado en apenas meses, una velocidad que alimentó las sospechas.

Según pudo constatar LA NACION en una recorrida por el lugar, el cerco perimetral de cemento acompaña la calle Misiones y se prolonga por la lateral Aráoz de Lamadrid hasta alcanzar La Rioja, donde se ubican otros dos accesos también bajo resguardo de la PFA.

A esa arquitectura defensiva se suma un detalle que los vecinos —quienes aseguran no conocer el trasfondo de lo que motivó la obra— remarcan con insistencia lo del asfalto nuevo. El pavimento, que apareció repentinamente y se detiene justo en el borde del complejo, pareciera haber sido trazado en función de la mansión más que de las necesidades del barrio.

A unos 600 metros de la opulenta construcción que quedó bajo la lupa judicial y apunta a la cúpula del fútbol argentino, el retumbe de las máquinas y el movimiento de albañiles y camiones fue, durante meses, el telón de fondo de la zona.

La aparición de semejante obra, que no forma parte de ningún country club, resulta todavía más extraña cuando se avanza por las calles principales hacia los barrios lindantes.

Ubicados sobre los márgenes de Villa Rosa, el paisaje desemboca abruptamente en calles de tierra, viviendas modestas, lotes a medio parquizar y un ritmo de vida que conserva la dinámica de las tareas rurales. “Este es un barrio de trabajadores, seguro para vivir, por eso empezó a poblarse lentamente. Pero es un barrio humilde que se está haciendo con esfuerzo, en lotes pequeños, después más allá hay propiedades de otras características”, señalan los vecinos.

“Península del poder”

Para quienes conocen la historia del corredor de Villa Rosa, la presencia de propiedades de lujo o de apellidos conocidos no es nueva. Desde hace décadas, el área funciona como refugio discreto de dirigentes, empresarios y operadores.

Varios lo llaman, sin eufemismos, “una península del poder”: un enclave donde se destacan Enrique “Coty” Nosiglia, el expresidente Fernando de la Rúa —que pasó allí sus últimos años—, y el exjefe de la SIDE Fernando de Santibañes. Daniel Angelici, expresidente de Boca, admitió que vive a pasos de la mansión investigada.

La denuncia institucional presentada por Elisa Carrió y los legisladores Juan Facundo del Gaiso y Matías Yofe apunta a dos presuntos intermediarios: Luciano Nicolás Pantano, un monotributista clase G que fue designado presidente de la Asociación Civil Argentina de Futsal y Fútbol Playa en la era Tapia; y Ana Lucía Conte, una jubilada sin antecedentes económicos que justifiquen una inversión de esta magnitud.

Ambos figuran como socios de Real Central SRL —antes Central Park Drinks—, una firma creada en 2021 con un capital inicial de apenas $300.000. Para los denunciantes, los perfiles fiscales de los titulares hacen inviable cualquier explicación razonable sobre la adquisición de un predio valuado en cifras millonarias.
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La presentación señala el súbito crecimiento patrimonial de la empresa, la falta de documentación que sustenta la inyección de capital y las conexiones de Pantano con dirigentes del fútbol: protesorero de Almirante Brown, socio empresarial de Lucas Labbad —exgerente de Boca durante la gestión de Angelici— y activo en el ambiente del deporte.

Según la denuncia, estos elementos combinados configuran señales típicas de una maniobra de lavado de activos tipificada en el artículo 303 del Código Penal: adquisición y disimulación de bienes presuntamente ilícitos mediante estructuras pantalla que buscan dificultar la trazabilidad del dinero.

La semana pasada, un grupo que caminaba por la zona fue advertido por el personal privado y obligado a identificarse. “Fue cuando comenzó todo el revuelo de la causa. Habíamos salido a caminar, porque este es un barrio tranquilo, y cuando pasamos por la puerta, la seguridad privada del predio nos empezó a interrogar”, comentó una mujer que vive en El Overo II, el barrio más reciente de la zona.

“En estos barrios viven varios peones y, en su momento, se habló de que los caballos los iban a traer a una serie de lotes que hay libres entre La Rioja y Mendoza, pero después no se concretó”, añadió en contacto con este medio.

Carrió y los dirigentes de la Coalición Cívica incorporaron también publicaciones en redes sociales como parte de la prueba aportada a la causa. Entre ellas, paradójicamente, figura un mensaje que Carlos Tevez le dedicó el 5 de marzo de 2024 a Toviggino, quien oficia como brazo pretoriano digital de la AFA.

En aquel posteo, el actual DT y exfutbolista cuestionó los supuestos vínculos del dirigente con una propiedad en Pilar y lo acusó de ostentar una colección de autos antiguos e importados, además de endilgarle que “enterraba bolsos” provenientes de viajes a Qatar y de partidos disputados en China.

Algunos recuerdan los primeros rumores que circularon sobre el supuesto dueño de la mansión tiempo atrás. “En su momento se decía que era de Tevez, pero nunca supimos”, dijo un vecino de El Overo I sobre el entrenador de Talleres, cercano a Angelici.

Con el juez federal Daniel Rafecas a cargo del caso de manera provisoria, aún no hubo órdenes de allanamiento en el complejo de la calle Misiones al 4000, ni tampoco citaciones a declarar. Para los impulsores de la denuncia, el primer paso será clave: “Hay que iniciar un allanamiento urgente y que Tevez sea llamado a declarar”.

Texto tomado de La Nación

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