La Premier League aprobó este viernes una de las reformas financieras más importantes de su historia reciente: la introducción del límite salarial (SCR) y del Sistema de Sostenibilidad y Resiliencia (SSR) a partir de la temporada 2026-2027, con el objetivo de modernizar el control económico de los clubes y alinearlo con los estándares de la UEFA. Sin embargo, la liga rechazó el polémico tope de gasto (TBA), que no alcanzó los votos necesarios para su implementación.
El nuevo límite salarial establece que los clubes solo podrán destinar el 85 % de sus ingresos al pago de salarios y comisiones a agentes, un sistema similar al de la UEFA, que opera actualmente con un 70 %. El SSR, por su parte, medirá la capacidad económica de los equipos para cumplir compromisos financieros a corto y largo plazo, reemplazando reglas instauradas hace más de una década y que ya no consideraban factores como la inflación o el crecimiento del mercado.
La propuesta del TBA, que buscaba restringir el gasto máximo en plantillas a cinco veces lo que recibe el último clasificado por derechos televisivos, solo obtuvo siete votos a favor, lejos de los catorce requeridos. De haber sido aprobado, este sistema habría limitado el gasto total de los clubes a cerca de 550 millones de libras, tomando como referencia la temporada 2023-2024. Su rechazo se produce en un contexto de fuerte presión de clubes grandes, agentes y el sindicato de jugadores.
El sindicato (PFA) ya advirtió que llevará las nuevas medidas a los tribunales si la Premier no incorpora la opinión de los futbolistas, argumentando que limitaría su capacidad de ingresos. Agencias importantes como CAA Base, Stellar y Wasserman también han mostrado resistencia, alegando que las reformas podrían violar leyes de libre competencia en el Reino Unido. Mientras la Premier avanza en la reestructuración financiera más ambiciosa desde 2013, el debate legal y deportivo promete intensificarse en los próximos meses.


