Luego de tres días del atentado con coche bomba reportado el pasado 14 de octubre, en el norte de Guayaquil, la avenida Joaquín Orrantia volvió a estar habilitada al tránsito vehicular. La calle fue reabierta cerca del mediodía de este viernes 17.
La fuerte explosión, que empezó con una camioneta en llamas, dejó un saldo de un fallecido y 28 heridos: dos de ellos con heridas más serias
Tras cuatro días del hecho, calificado por las autoridades gubernamentales como un atentado terrorista, los daños materiales aún son evidentes en las edificaciones que hay en esa zona comercial y residencial del norte de la ciudad.
Personal administrativo de cada establecimiento se desplegó al pie de cada uno de los hoteles afectados y limpió los vidrios y escombros que se vinieron al suelo por la onda expansiva.
A la hora de la explosión, muchas personas salían de sus trabajos, mientras decenas de conductores circulaban por la zona. Varios taxistas, que suelen hacer base frente al centro comercial, también se encontraban allí, al igual que numerosos clientes que acudían al mall para realizar compras.
Las consecuencias pudieron ser más grandes, aseguró el jefe policial de la Zona 8, Francisco Zumárraga. Porque en la escena hubo una camioneta que detonó cerca de las 18:30, pero minutos después se identificó otro automotor que también tenía carga explosiva.
La segunda amenaza se trató de cuatro cilindros cuyo interior tenía explosivos tipo emulsión, artefactos que son utilizados para la minería ilegal.
“Esto evitó que esta detonación pudiera haber sido mucho más grande con consecuencias mayores”, dijo Zumárraga.
El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó esta información y mencionó que en la zona cero se encontraron cuatro cargas explosivas de alto poder, cada una con su respectiva mecha de seguridad.
También se halló un dispositivo electrónico utilizado para la activación del explosivo.
Reimberg precisó que, en esta ocasión, no se trataba de artefactos de fabricación artesanal. Por el contrario, destacó que las cargas utilizadas en el atentado fueron elaboradas de manera profesional por grupos de delincuencia organizada.
“No se trata de un artefacto fabricado artesanalmente, se trata de elementos de elaboración profesional por parte de delincuentes que quieren ocasionar caos en el país”, expresó en el comunicado.
En el último año, Guayaquil ha sido escenario de varios episodios de violencia en los que antisociales han generado caos y temor mediante el uso de explosivos.
Aunque la mayoría de los casos han involucrado artefactos de fabricación artesanal, tanques de gas, granadas o incluso dinamita, recientemente se ha evidenciado el uso de explosivos industriales como los empleados en la minería ilegal.
El caso más reciente se registró en Durán, la madrugada del 17 de octubre, cuando individuos a bordo de un vehículo tipo taxi arrojaron una carga explosiva compuesta por dos emulsiones encartuchadas de color rojo, unidas a un fragmento de mecha que no llegó a detonar. El hecho ocurrió en el sector de El Recreo.
TOMADO DE DIARIO EL UNIVERSO