El 29 de abril de 2023 quedó marcado en la historia del FC Barcelona. Aquel sábado, Xavi Hernández decidió darle la oportunidad al chico de 15 años, 9 meses y 16 días que ya dejaba destellos distintos en la cantera: Lamine Yamal. El escenario fue LaLiga, en un partido frente al Betis.
Hoy, dos años y medio más tarde, ese adolescente que maravilló al entrenador culé ya cumplió 18 años y se ha convertido en protagonista mundial. En la reciente Gala del Balón de Oro en París, Lamine terminó segundo, solo detrás de Ousmane Dembélé, el exbarcelonista que brilla en el PSG tras la confianza que también le dio Xavi en su etapa en el banquillo azulgrana.
“Me siento muy orgulloso de hacer lo que está haciendo Lamine y de haberle dado la oportunidad de debutar. Lo vi muy preparado pese a tener quince años. Le vi muy seguro de sí mismo, con mucha capacidad, marcando diferencias en el entrenamiento. No tenía miedo a nada. Desde el primer día marcaba las diferencias. Para mí es uno de los elegidos y puede marcar una época en el fútbol mundial. No tiene complejos, ni miedo alguno”, recordó el egarense en una entrevista con Marca, durante la presentación del balón del Mundial 2026.
Aunque hoy Xavi está libre, a la espera de un proyecto que lo seduzca, no duda de que su pupilo acabará levantando el Balón de Oro. “En esta ocasión han pesado más los títulos a nivel colectivo. Para mí claro que se lo merecía. También Vitinha, Salah, Pedri y Raphinha… hay muchos que se lo merecen, pero al final pesan más los títulos. Lamine lo va a ganar. Estoy convencido, pero cuando su equipo gane la Champions o un Mundial”.
El exvolante confesó que desde el primer entrenamiento supo que estaba ante un jugador distinto: “Sí, sin duda. En el staff ya lo hablamos. Dijimos que era carne de Balón de Oro. Viéndolo entrenar ya se observaban cosas diferentes, enseguida te das cuenta de que era uno de los elegidos”.
Xavi, que en su época de jugador se quedó a las puertas de este premio, reconoció lo difícil que es para un mediocampista aspirar al galardón: “Los Vitinha, Pedri o De Jong son los que dominan los partidos. Ese era yo. Ahí estaba yo. Son muy importantes, pero luego están los elegidos como Lamine o Dembelé u otros del pasado, que en partidos igualados son definitivos”.
En clave Barça, también elogió a Gavi y a los jóvenes que representan la identidad del club: “Mi fútbol se basa en la posesión, la presión, la posición y la percepción de donde están todos mis compañeros. Hay que entender el juego, pero todo ello hay que tener pasión. Giulano y Gavi son ese ejemplo de la pasión que se debe tener. Son las cinco ‘p’ de nuestro fútbol”.
No se olvidó de Sergio Busquets, quien se retirará en poco tiempo: “El mejor pivote defensivo que he visto en la vida. Fue un máster continuo. Le daba sentido a todo. Compite bien, listo, ganador de duelos. Siempre estaba bien posicionado. La referencia”.
Finalmente, tuvo palabras de admiración hacia Luis Enrique, premiado en la gala con el Trofeo Johan Cruyff: “Un entrenador de primerísimo nivel, que hizo un gran trabajo en el Barcelona. Ganamos el triplete con él y jugando muy bien. Entrenador exigente, obsesionado en el trabajo, que te saca lo máximo, te motiva… de los mejores de los últimos diez años”.
Nota de Víctor Loor Bonilla