El propio Mbappé dijo tras el partido ante el Sevilla, que semanas atrás había tocado fondo, que no era el mismo, que era otro jugador y que estaba en deuda con el Real Madrid, pero especialmente con la afición y con Florentino Pérez, responsable de un fichaje de autor, de esos que han contribuido y mucho a que el Real Madrid domine el fútbol europeo en los últimos años. Los dos penaltis fallados, el segundo en San Mamés le tocaron en su amor propio, pero ya antes se había dado cuenta de que algo había que cambiar. "Quiero ganar títulos en 2025".
Las dudas que el propio delantero reconoció haber tenido, se trasladaron a todo lo que rodea al primer equipo blanco, incluida afición, pero fue justo antes del partido de San Mamés cuando el francés hizo propósito de enmienda. Habló con el presidente y lo hizo con promesa de cambiar la dinámica. Le prometió cambiar lo que estaba sucediendo y que lo bueno iba a llegar. La confianza del presidente y del resto de dirigentes permanecía intacta, pero el rendimiento no estaba siendo el esperado y todos necesitaban ver a ese Mbappé que asustó en su día al Real Madrid y que ahora vestía de blanco.
Una charla, un intercambio de palabras bastó para que el propio Mbappé se diera cuenta de que necesitaba un golpe de autoestima a su fútbol y ese llegó vía mensaje directo al responsable de su llegada. “Nadie se va a arrepentir de mi fichaje”, en un claro desafío hacia su persona y de confianza hacia el club y a la apuesta hecha.
FUENTE: MARCA.