El Real Madrid no falló y ganó fácil al Leganés en Butarque. Los blancos aprovecharon el tropiezo del Barcelona en Vigo. Ahora, los blancos están a cuatro puntos de los azulgranas con un partido menos. El triunfo le permite al Real Madrid acudir con más tranquilidad a la cita del miércoles en Anfield ante el Liverpool.
Ancelotti sorprendió de entrada con Arda Güler y Ceballos en el once, pero la gran novedad fue ver a Mbappé por la izquierda, su sitio natural, y a Vinicius como delantero centro. Unas posiciones que fueron intercambiando durante el encuentro, pero lo cierto es que fue una pista clara de que Ancelotti ha cambiado de posición a Mbappé para que se reencuentre con su mejor versión. Si el italiano apostó por esa variación en ataque y con Valverde como lateral derecho, Borja Jiménez, el entrenador del Leganés, también cambió su dibujo y dispuso uno con tres centrales y dos carrileros. El objetivo, explotar la debilidad defensiva del Real Madrid de sus dos laterales Fran García y Valverde.
Con ese plan de juego, el equipo blanco comenzó mejor el duelo. Mbappé y Bellingham, jugando por detrás de los puntas, generaron mucho peligro. A ellos se sumó la calidad de Arda Güler y la potencia física de Camavinga. Eso provocó que las ocasiones de peligro blancas comenzaran a llegar e incluso marcó Mbappé, pero su gol fue anulado por fuera de juego.
El Leganés aguantó ese inicio merengue y poco a poco fue apareciendo por el área del reaparecido Courtois. El equipo pepinero estuvo cerca de marcar con un disparo de Munir que se estrelló en el larguero, pero la acción quedó invalidada por fuera de juego del delantero. El partido se fue igualando, aunque lo cierto es que era el Real Madrid el que generaba más peligro –como par de disparos de Arda Güler que paró Dimitrovic– pero no marcaba y tampoco fructificaron sus peticiones de penalti, cosa que hizo hasta en dos ocasiones.
Así estaba el partido hasta que llegó el minuto 43. El Leganés, concretamente Altimira, se complicó tanto a la hora de sacar el balón desde atrás que lo acabó perdiendo ante la presión de los jugadores merengues. Un regalo anticipado de Navidad que aprovechó Vinicius para darle el gol hecho a Mbappé que puso el 0-1 en el marcador. Así, con ese resultado se llegó al descanso del encuentro. El segundo acto comenzó con un susto para el Real Madrid provocado por Courtois que a punto estuvo de liarla con el balón en los pies al intentar deshacerse de un jugador del Leganés. Fue un espejismo porque los de Ancelotti eran los dueños del balón y, por lo tanto, del partido. El equipo local aguantaba atrás y a la hora de buscar el empate, lo fiaba todo a la contra o a un error de los jugadores del Real Madrid. Borja Jiménez intentó revitalizar a los suyos moviendo el banquillo, pero es escenario no cambió.
El Real Madrid estaba muy cómodo en un partido que tenía un ritmo muy lento, sólo alterado por alguna acción individual, normalmente de un jugador merengue. A los de Ancelotti les faltaba rematar la faena con un segundo gol, pero lo lograba y eso le daba esperanzas al Leganés para pensar en que podía lograr el empate. Los sueños locales acabaron en el minuto 66 con el 0-2 de Valverde que marcó con un lanzamiento de falta en el que la barrera del Leganés estuvo de todo menos bien.
Ahí se acabó el encuentro, aunque el Leganés siguió buscando el gol de la ilusión. El Real Madrid, por su parte, buscó más goles y Mbappé lo tuvo, pero volvió a tirar el muñeco, es decir, al cuerpo del portero. El que no falló fue Bellingham que marcó el 0-3 en el minuto 85 tras aprovechar un rechace del balón en el larguero. Brahim estuvo cerca de anotar el 0-4, pero el marcador no se movió más y con ese 0-3 acabó un partido en el que el Real Madrid ganó fácil al Leganés.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO