El Milan sacó tres puntos valiosos de su visita al Monza (0-1) con gol de Reijnders después de haber caído en San Siro entre semana contra el Nápoles y alejarse mucho de la primera posición. Lo hizo de nuevo con Rafael Leao como suplente por tercer partido consecutivo. Aunque parece que se está convirtiendo en habitual sigue impactando que Fonseca prescinda durante tantos minutos de su teórico mejor hombre. No fue una victoria sencilla, pues tuvieron que sufrir de lo lindo para derrotar a los de Alessandro Nesta -leyenda del Milan- que vio como Maignan les negaba el gol una y otra vez. Gana pero no disipa dudas antes de visitar al Real Madrid.
La primera parte hizo honor a lo que les venimos contando últimamente, la Serie A es muy divertida. Fue un bonito intercambio de golpes en el que el Milan se equivocaba en los metros finales y el Monza acertaba en todo, menos en lo más importante acabar perforando la portería rival. Cabe recalcar que el guardameta francés Maignan estuvo especialmente inspirado. Despejó tiros lejanos, remates a bocajarro y algún que otro cabezazo cercano. Uno con bote incluido. Una locura lo suyo. La única vez que le superaron fue con un trallazo de Mota desde dentro del área que era imparable. Pero fue anulado por una falta en el arranque de la jugada sobre Theo Hernández.
Este es el cuento de toda la vida. Cuando a un equipo grande le perdonas te lo hace pagar. Morata avisó con un remate fallido. En la siguiente Chukwueze arrancó la moto por la derecha en campo propio, avanzó hasta tres cuartos y se la dio a Pulisic, quien puso un centro con música al área para el delantero español, quien parecía que encontraba el gol, pero lo que encontró fue el cuerpo de Pablo Marí, que salvó su diana, pero que nada pudo hacer en el rechace que le cayó a Reijnders, al que le bastó con empujar la pelota a gol.
En el minuto 60 entró Leão al campo justo cuando el Monza trataba de irse arriba con todo en busca del empate y había muchos espacios para que pudiera hacer sus carreras características. En la primera que tocó casi marca tras una pared con Theo, pero la finalización se le fue a un lado. Lo intentó hasta el final logrando hacer una jugada en la que se fue de hasta cuatro rivales a trompicones y solo le faltó superar a Turati para coronarse con un gol de bandera.
Para los locales la segunda parte fue un acto de fe continúo a pesar de saber que probablemente iban a morir en la orilla tal y como acabó pasando. Ya sin energía todo eran centros laterales que despejaban los centrales o iban a las manos de Maignan, el claro 'MVP' del partido. El Milan ya piensa en el Real Madrid.
TEXTO TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO