Brasil derrotó a Guinea (4-1) en un partido sin demasiado ritmo, algo previsible en un amistoso disputado a estas alturas de la temporada. Con el RCDE Stadium como escenario, Joelinton, Rodryg, Militao y Vinicius marcaron para el combinado brasileño, y Guirassy descontó para el africano. Aunque el resultado fue lo de menos en un evento marcado por la campaña de la ‘Canarinha’ contra el racismo ‘Com Racismo Nao Tem Jogo’ (Con el racismo no se juega).

Por esta razón, como una iniciativa más para combatir la discriminación racial en el deporte, la selección brasileña disputó la primera mitad vestida completamente de negro, un hecho inédito en su centenaria historia. No fue el único gesto de concienciación. Antes del pitido inicial, se guardó un minuto de silencio. Los jugadores de Guinea se sentaron en el césped, mientras que los de Brasil y el equipo arbitral se arrodillaron.

Pese a su teórica superioridad, a Brasil le costó someter a la disciplinada Guinea. Más enérgico y vencedor en el cuerpo a cuerpo, el cuadro africano formó con un disciplinado 5-4-1, con Guirassy descolgado en punta. El ariete dio el primer aviso, un disparo al aire.

Espesa en el ataque estático, la ‘Canarinha’ desencalló el partido a balón parado en una acción embarullada que Joelinton mandó a guardar. El 2-0 llegó a renglón seguido. Rodrygo agarró el balón en la orilla derecha y se plantó sin oposición en las barbas del portero Koné, al que superó con un tiro cruzado.

Guinea añadió picante al encuentro antes del descanso. Sylla pisó línea de fondo y puso un centro perfecto para Guirassy, que recortó distancias de dun cabezazo. Pero Brasil no estaba dispuesta dejarse sorprender y encauzó la victoria tras la reanudación en una falta servida por Paquetá que Militao cabeceó al fondo de las mallas. Con el parido visto para sentencia, sólo Vinicius intentaba resucitarlo con sus diabluras. Impreciso en el remate, el madridista halló premio a la insistencia en un penalti que le encumbró como protagonista.