Dos días después de que la guerra de Ucrania aterrizara en Roland Garros, por el rechazo de la ucraniana Marta Kostyuk a saludar a su rival bielorrusa Aryna Sabalenka, el serbio Novak Djokovic trajo al Grand Slam de tierra batida la tensa situación que se vive en Kosovo.
"¡Kosovo es el corazón de Serbia! Stop a la violencia", escribió el jugador en la cámara que el torneo pone a disposición de los ganadores en la pista central para enviar algún mensaje al acabar sus partidos.
Una clara referencia a la tensión creciente en ese territorio que declaró su independencia, no reconocida por numerosos países, y donde la minoría serbia no reconoce la autoridad de Pristina.
El problema es que el reglamento de Roland Garros prohíbe mensajes políticos en la pista, por lo que la directora del torneo, Amelie Mauresmo, aseguró que están estudiando la situación.
"Vamos a ver, a hablar con él para saber qué quiso decir en realidad. No nos precipitemos", dijo la ex número 1 del mundo en la televisión pública francesa.
La situación puede ser comprometida para el torneo frente a un jugador tan influyente como Djokovic, actual número 3 del ránking, que busca su tercera corona en París y completar así 23, lo que le situaría como el tenista con más grandes de la historia, superando por uno al español Rafa Nadal.
En rueda de prensa posterior, Djokovic trató de evitar polémicas, pero señaló que "como hijo de una persona nacida en Kosovo hay una responsabilidad adicional para apoyar al pueblo y a toda Serbia". Y aseguró que "quizás me castiguen, pero sentía la responsabilidad de dar ese apoyo".
No es la primera vez que el tenista se pronuncia en contra de la independencia de ese territorio.
En 2008, cuando Pristina la declaró, Djokovic dijo atravesar "uno de los peores momentos" de la historia del país y aseguró: "Estamos dispuestos a defender lo que nos pertenece".
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO