Saturday, November 23, 2024
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“LeBron es mejor que Michael Jordan, es diferente”

LeBron James es un jugador de baloncesto. Y nada más. Ni base, ni escolta, ni alero, ni pívot, ni ala-pívot. Penetra pero no es un penetrador, tira pero no es un tirador. Reparte asistencias sin ser base y postea sin ser pívot. Como tampoco es un puro anotador, reacio el propio ‘Bron’ a hacerse llamar así. Por mucho que retumbe en el mundo ya su nombre como el que más puntos haya anotado jamás en la NBA por delante de Kareem Abdul-Jabbar. “Primero, el pase”, reza el proverbio que rige su juego. ¿Entonces, qué es LeBron?

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“LeBron es todo”, responde a MD con vehemencia Keith Dambrot, el primer entrenador que tuvo ‘The King’ en High School y parte del círculo íntimo del astro de Akron. “LeBron puede hacer de todo. Hay gente que habla de que Michael Jordan o Magic Johnson fueron mejores, pero él es mejor que nadie más porque es capaz de hacerlo todo bien y tiene esa capacidad de hacer a sus compañeros mejores. Puede pasar como Magic y en Cleveland llegó a ser más un anotador como Jordan. Si ha batido un récord así sin ser un anotador puro es porque siempre hace la jugada correcta”, destaca ‘Coach’ Dambrot, hoy entrenador jefe en la Universidad de Duquesne.

“Cuando defendías a Kobe Bryant sabías que iba a buscar el tiro. Con LeBron no sabías, podía tirar o buscar la asistencia. Sabe hacer de todo”, recuerda Jiri Welsch, compañero de James en los Cavaliers en la temporada 04-05 y rival en su época en Warriors, Celtics y Bucks el que también fuera pívot de Unicaja y Estudiantes.

“Jordan era más un puro anotador, LeBron lo puede ser pero también puede involucrar a sus compañeros, jugar según lo que el equipo busque y subir su nivel. Puede hacer ambas cosas. Eso es lo que le hace diferente”, advierte Joel Anthony, fundamental colaborador del ‘6’ en los dos anillos 2012 y 2013 en esos Heat de también Chris Bosh y Dwyane Wade. “Es un buen un líder, capaz de sacar lo mejor de cada uno, un trabajador nato. Ha batido el récord por su talento, su conocimiento del juego y su ética de trabajo”, subraya José Manuel Calderón, compañero del nuevo recordman anotador de la NBA en Cleveland en la temporada 17-18.

LeBron James es simplemente el baloncesto. Porque lo sabe expresar de todas las maneras. Su identidad posicional resulta difusa, con fronteras invisibles, un bohemio reticente a quedarse en una sola posición, pernoctando de una a otra según las necesidades de su equipo, viajando de un extremo al otro en poco tiempo si se lo piden, base en los Lakers del anillo de 2020 para llenar el vacío de los lesionados Lonzo Ball y Rajon Rondo, frecuente pívot la temporada pasada en ausencia de Anthony Davis.

Una alma libre cuya libertad no se ciñe a la pluralidad posicional sino a su tendencia a pulular entre distintos roles como advierten los ránkings de todos los tiempos, capaz de repartir más asistencias que un magnífico servidor de juego como lo fue Steve Nash -cuarto en la tabla de pases de canasta con más de 10.300 por delante del canadiense-, de clavar más triples que majestuosos tiradores como Dirk Nowitki o Paul Pierce, décimo en esa clasificación el chico que nació en Akron como él siempre con tanto orgullo pregona. Hábil para ser también ladrón, décimo en la tabla histórica de robos.

“Él puede liderar la clasificación de puntos, de rebotes, de asistencias, ser el Jugador Defensivo del Año. Elige lo que hacer para que el equipo gane”, destaca Dambrot, acreditado por los muchos y diversos títulos de ‘The Chosen One’, líder anotador de la NBA en 2008 y de asistencias en ese 2020 en el que llevó la manija de los de púrpura y oro, cuatro veces MVP (2012, 2013, 2016 y 2020).

Pero LeBron es también una mente privilegiada, deseo y afán de superación, el que desnuda a sus rivales y críticos como apasionado competidor, al juego como ávido lector. “Todo lo que se le ha criticado, lo ha mejorado”, advierte Jordi Fernández, profundo conocedor de ‘The King’ el actual segundo entrenador de los Kings como parte del equipo de desarrollo de jugadores en 2009 y 2010 y también miembro de staff técnico en la segunda etapa de LeBron en Cleveland. “Hablaban de que no podía finalizar partidos y cuántos ha ganado en los últimos segundos. Este tipo de jugadores lo superan todo. La mentalidad de LeBron es increíble, está por encima de todo”, resalta el técnico de Badalona.

“Es extremadamente inteligente, su inteligencia es realmente impresionante”, señala Anthony. “Tiene la habilidad de analizar y desglosar todo lo que ocurre inmediatamente, ve el juego de una manera diferente como lo ven todos y ayuda mucho a los demás. Ni siquiera necesita verlo en vídeo”, enfatiza, hoy todavía sorprendido el que fuera pívot de Heat, Celtics, Pistons y Spurs, hoy General Manager del Montreal Alliance.

La ruta de LeBron hacia el jugador total

El tránsito de LeBron hacia el polifacético jugador total que es hoy se explica a través de su enriquecedor viaje por el virtuoso triángulo aprendizaje-necesidad-deseo. El cóctel de ambición y devoción por el baloncesto le han llevado a una metamorfosis que se completó el año pasado, cuando, en la época en la que con más frecuencia jugó como pívot, alcanzó datos de rendimiento no sólo de ‘center’ puro, sino de élite.

Los Lakers llegaron a ser más eficientes con LeBron como ‘5’ que con el mismísimo Anthony Davis, y se ubicó en el top-10 de eficiencia de áreas de juego de pívot clásico, segundo en acciones en el poste y octavo en continuaciones en el ‘pick and roll’, según datos de Synergy Sports. En otro ilustrativo dato que da idea de su versatilidad, LeBron ha sido el jugador más eficiente en la pintura en lo que va de siglo, según datos también de Goldsberry. Unas constantes ansias de mejora natas que ya advirtió Keith Dambrot en aquel chaval de 13 años educado en la escuela St. Vincent-St. Mary High School de Akron.

“Aparte de su físico, lo que más me llamó la atención de él fue su actitud. Era una chico flexible, muy entrenable, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para mejorar”, destaca ‘coach’ Dambrot, con Dru Joyce III, uno de los mejores compañeros de equipo y amigos de infancia de LeBron, entre sus ayudantes en su cuerpo técnico. Jamás se dejó cegar el nuevo máximo anotador de la NBA por los focos que le acosaban ya de adolescente, con esa célebre y expresiva portada de la revista Sports Illustrated titulada “The Chosen One” (“El Elegido”), que le presentó definitivamente al mundo antes de hacerlo en la NBA con 18 años sin pasar por College pero sin dejar de ser por ello aplicado.

“Era como un estudiante, siempre intentaba mejorar tanto como podía, miraba sus errores, los vídeos, lo que había hecho bien y lo que no… Eso es lo que me sorprendió más de aquel chico”, rememora Donyell Marshall, compañero de vestuario del ‘primer’ LeBron, el de la primera etapa en Cleveland, entre 2005 y 2008. “Cuando entrenaba en ‘College’, le ponía a los chicos LeBron como ejemplo a seguir por ello”, destaca Marshall, en la actualidad técnico asistente de los Greensboro Swarm, equipo de los Charlotte Hornets de la G-League.

LeBron James es también un visionario porque se anticipó a lo que venía, ese basket que se dirige hacia un juego en el que cada vez se distingan menos las posiciones con jugadores que saben de hacer de todo. Nunca ha dejado de ‘actualizarse’ el ‘6’ con su contribución a la expansión del triple, del 29% de su temporada de ‘rookie’ a convertirse en un depurado especialista con la medida deseada del triple, el 40%, el cual sobrepasó -40,6%-, el curso 12-13 con los Heat. Sin embargo, su mejor curso en términos de volumen-eficiencia fue el pasado -ya con 36-37 años-, alcanzando un 36% con 8 intentos por partido frente a los 3,3 de la campaña de su segundo anillo.

“Jugadores como LeBron acaban encontrando ellos mismos las maneras de perfeccionar su juego”, destaca Jordi Fernández. “El tiro es probablemente uno de los aspectos que ha trabajado más y se ha acabado convirtiendo en un tirador mucho más que bueno”, subraya el principal técnico asistente de Mike Brown, clave para entender el perfeccionismo de ‘The King’. “Mike pone mucha atención en los detalles y con él LeBron aprendió la importancia que tienen en la liga, por eso habla siempre tan bien de él”, añade Fernández.

El astro de Akron, sin dejar de ser él ha abrazado la moda de la liga mas allá de los triples, que, según datos facilitados por Kirk Goldsberry en la ESPN, hoy representan el 22,6% de sus tiros frente al 10% de su año de ‘rookie’. De acuerdo a un gráfico del propio especialista, el nuevo recordman anotador concentra sus lanzamientos en la pintura y el perímetro, desechando el devaluado tiro de media distancia que tomaba con más asiduidad en su año de novato.

Mejorar, la respuesta de LeBron a sus penas

La continua transformación de LeBron no se entendería sin sus penas, deportivas pero también vitales. Hoy nada en la abundancia y en una vida ídílica ‘The Chosen One’ pero la dureza marcó sus inicios, con 16 años su madre -Gloria-, cuando un ‘Bron’ sin padre, un ex preso que abandonó a la familia. La siguiente pareja de Gloria iría también a la cárcel por tráfico de drogas y James no pudo encontrar una estabilidad hasta que se fue a vivir con Frankie Walker, una especie de padre adoptivo y entrenador de fútbol americano, el deporte en el que se inició.

“Definitivamente, la infancia que tuvo es clave para entender su mentalidad tan dura como competidor”, indica Sasha Kaun, campeón en 2016 en la espectacular remontada contra los Warriors de unos Cavaliers que sacaron del retiro a la leyenda del CSKA de Moscú, hoy viviendo en Denver. Era el tercer anillo en cuatro años de LeBron después de estar casi una década persiguiendo el primero. Los fracasos previos en las Finales, más que golpearle le moldearon hacia el jugador perfecto que es hoy.

De la primera derrota en las Finales de 2007 ante los Spurs, entendió que tenía que mejorar el tiro en suspensión que le invitaba a tomar el equipo de Gregg Popovich. “Él volvió al año siguiente aún más hambriento, mejoró el triple”, recuerda Marshall. Pero aún sacaría una mayor enseñanza LeBron de las dolorosas Finales de 2011 contra los Mavericks de Dirk Nowitzki. No antes sin pasar por una especie de depresión que le tuvo dos semanas encerrado en su casa, suspirando por el anillo que no llegaba. 

“Fue un momento difícil para todos y para él por la manera con la que había liderado al equipo”, rememora Anthony. “¿La presión del primer anillo? Él fue capaz de superar todo eso. En 2011 fue capaz de volver y llevar su juego a otro nivel, fue realmente impresionante. En verano se concentró en jugar más en el poste, que era lo que necesitábamos para ganar el título, en mejorar desde el perímetro y su eficiencia. Y estamos hablando de alguien que puede jugar con libertad, de la manera que quiera”, explica el pívot.

Pasó LeBron de la reclusión en su casa a la de Houston con Hakeem Olajuwon para mejorar su juego interior y dejar patidifuso al técnico de los Heat, Erik Spoelstra, a su vuelta a Miami. “Es como si se hubiera descargado un programa con todos los movimientos de poste de Olajuwon y Ewing. No sé si he visto a un jugador mejorar tanto en una área específica del juego en un verano”, advirtió Spoelstra entonces. “Él aprende a sacar habilidades de casi todo el mundo y las incorpora”, destaca Donyell Marshall.

En el camino de ‘The Chosen One’ hacia ese jugador total también ha intervenido la manera cómo ha esculpido su cuerpo, con unos cinco kilos más ahora -113-, con respecto al de su primer año en la NBA según un reporte de ‘Bleacher Report’. “Llegó a pesar 120 kilos, que es mucho peso. Pero él siguió siendo muy dinámico y explosivo”, destaca Welsch. “Es un portento físico, podría haber sido también atleta o jugador de fútbol (americano)”, resalta Dambrot. “Magic medía 2,06, como LeBron. Pero LeBron es también un atleta. Es el más rápido, el que salta más alto, es extremadamente fuerte. Y eso también lo hace diferente”, remarca Anthony sobre los atributos físicos de un James segundo esta temporada en puntos en transición sólo tras Antetokounmpo a pesar de sus 38 años.

La consecuencia del incesante trabajo de LeBron fue su primer anillo, en 2012. A lo largo de sus 20 años en la NBA ha dejado impactantes momentos de vestuario. Como en las reñidas Finales de Conferencia del mismo 2012 contra los Celtics, resuelta a 7 partidos. “Es probablemente uno de los momentos que define su personalidad. Habíamos jugado el sexto partido en Boston (con triunfo para Miami) y él, que suele hablar mucho con sus compañeros, no dijo nada tras el partido. En el vestuario sólo había silencio y todo el mundo se sorprendió. Pero el mensaje estaba claro, él estaba concentrado”, recuerda Joel Anthony, dando a entender que el de Akron pensaba más en el séptimo encuentro que en celebraciones.

También lo habría dicho todo LeBron sin decir nada cuando los Cavaliers estaban 3-1 abajo en las Finales de 2016 ante los Warriors. “Fue increíble la manera cómo lideró al equipo para remontar esas Finales. Pero no dijo nada especial, él ya de por sí transmite a los demás”, describe Sasha Kaun. “Era mi primera temporada en la NBA pero él me respetaba mucho. Realmente no se comportaba como una súper estrella. Trataba a todos por igual, era uno más”, agrega Kaun, subrayando una sencillez que también señala Calderón. “Es un muy buen compañero, normal, tranquilo. Salíamos a cenar casi todas las noches cuando jugábamos fuera. Podíamos hablar de cualquier tema”, destaca un ‘Calde’, al que LeBron alabó subrayando su conocimiento del juego.

¿Cuándo se acabará LeBron?

La inquietante pregunta de cuándo se acabará LeBron James, 38 años cumplidos en diciembre, retumba ahora más que nunca. Lo más fascinante en este sentido de él es que se trata de un caso de asombrosa longevidad viniendo de una prodigiosa capacidad que le han llevado a vivir un ‘prime’ de 20 años. “Es lo que admiro más de él, esa consistencia durante 20 años. Es muy difícil en la NBA”, advierte Joel Anthony.

Sin embargo, no hay ni rastro del declive de ‘The Chosen One’, viviendo su segundo mejor temporada en términos anotadores con 30 puntos de media. Dando siempre eficaz respuesta a la necesidad de su equipo, del tipo que sea, las miserias de estos Lakers con tantas carencias han significado la riqueza anotadora de un LeBron que, al verse obligado a asumir un rol tan importante en la anotación, ha acelerado hacia esa estratosférica plusmarca.

Pero la exigencia no ha significado desgaste añadido para un LeBron en la cima de la eficiencia que con tanto ahínco también siempre ha buscado. El ‘6’ mantiene la energía como para tomar más tiros que nunca por partido en su carrera con 23, pero, a la vez, registra su mayor eficiencia en el lanzamiento en términos de intentos-tiros acertados con un 50%. Sólo el 55% de sus tiros no son asistidos, el porcentaje más bajo desde sus dos primeros años en Cleveland, con la diferencia de que, si entonces era porque estaba por desarrollar, ahora porque se administra. También selecciona más sus penetraciones, de las 14 por choque del año del último anillo (2020) a las 10 actuales.

Tiene un perfecto conocimiento de sí mismo, de ese cuerpo que con tanto mimo ha cuidado y la he permitido extender su juventud, bajo la batuta desde su año de ‘rookie’ de un reconocido preparador físico como Mike Mancias. “Se cuida desde sus primeros años, no ha jugado 20 años a este nivel por casualidad”, destaca Marshall. “Se cuida todo el rato. Tratamientos y masajes antes y después de los partidos y los entrenamientos y durante los viajes, lo que fuera. Ejercitándose todo el rato y también cuidando nutrición”, explica Kaun sobre un LeBron que dedica 1,5 millones de dólares al año en el cuidado de su cuerpo. “Cuando jugábamos en Miami, venía a los partidos en bici en lugar de coger el coche. Es un nivel de ‘fitness’ que no había visto nunca”, subraya Anthony.

Su afán por seguir mejorándose, su pasión por seguir descubriendo el baloncesto, así como su demostrada capacidad de convivir en la pista con otras estrellas como ha sido el caso con Wade, Bosh, Irving o ahora con Davis, juegan en favor de los felices años 30 del ‘Rey’. Pero Keith Dambrot lo tiene muy claro por mucho que se acerquen ya los 40. “¿Hasta cuándo podrá jugar? Es una buena pregunta. Es flexible y se adapta a todo, así que jugará hasta que él quiera”. LeBron no es nadie en concreto. LeBron es todo el baloncesto. 

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO

Víctor Loor Bonilla
Víctor Loor Bonilla
@victorloorb - Director Editorial en Studio Fútbol | CEO y Fundador de Direct Fútbol

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