Como si de un metrónomo se tratara, el argentino Paulo Dybala marca el tempo del Roma cada vez que está en el campo y, este domingo, no fue una excepción ante el Spezia (0-2) en un partido en el que volvió a ser clave con dos asistencias.
Dybala llegó a Roma como el gran fichaje del año, el mejor en muchos para una gran parte de la afición. El italiano Francesco Totti, leyenda absoluta de los 'giallorossi', aseguró el pasado miércoles que el argentino es un "fenómeno" y el técnico portugués José Mourinho, además depositar toda su confianza en él cada jornada, se deshace en halagos hacia el argentino cada vez que puede.
La presión, lejos de ser una carga para la 'Joya', parece ser el combustible que provoca sus actuaciones, esas que deja partido tras partido con detalles que amortizan su fichaje, acciones de valor gol. Siempre y cuando no sea él mismo quien lo convierta.
Ante el Spezia, lejos del calor del Olímpico de Roma, Dybala volvió a erigirse el líder absoluto de este equipo que necesita ganar para mantenerse en la pelea por los puestos europeos y aprovechar la sanción del Juventus. Y más ahora, que otro de sus grandes jugadores, el italiano Nicolo Zaniolo, está en venta.
En un partido controlado desde el inicio, en el que los locales ni si quieran dispararon entre los tres palos, tuvo que ser el argentino el que, aprovechando una mala acción defensiva del Spezia, desbloqueara el partido en el minuto 45 con un pase al italiano Stephan El Sharaawy, que solo tuvo que empujar el balón a gol.
Todos los balones pasaron, como de costumbre, por el 21 de la 'Loba', que controló el juego junto al capitán, el italiano Lorenzo Pellegrini. Sólido en defensa, el Roma necesitó de la calidad de Dybala para generar mucho peligro y precisamente ese fue uno de los principales problemas de Mourinho durante el bajón de Dybala previo al Mundial, en el que encadenó varias lesiones.
Ya al cien por cien, Dybala es capaz incluso de hacer mejores a sus compañeros. El claro ejemplo de ello es el inglés Tammy Abraham, que desde que ha vuelto el campeón del mundo, su cómplice en la ofensiva, está exhibiendo una versión mejorada de sí mismo, mucho más parecida a la de la temporada pasada y que en esta había brillado por su ausencia.
Nada más salir del descanso, el Spezia cavó su propia tumba. La zaga regaló el balón en salida y fue a parar a los pies de Dybala, que rápidamente buscó a un Abraham que, con una jugada personal, se las ingenió para quedarse en un mano a mano en el que definió con la tranquilidad que siempre le pide Mourinho.
Con el segundo tanto, el Roma, con los Dybala, Pellegrini, Cristante y Matic, bajó el ritmo del encuentro, consciente de la importancia de mantener el bloque para sacar los tres puntos, pensando en una posible derrota del Atalanta en su partido ante el Juventus.
Como ya hiciera la jornada pasada, Dybala volvió a erigirse el líder del Roma y a demostrar que el conjunto de la capital no se equivocó con la apuesta. La 'Loba' se coloca cuarta, en puestos de Liga de Campeones, y le ha pasado la pelota a Atalanta y Lazio, necesitados ahora de una victoria para devolver al Roma a los puestos de Liga Europa.
TEXTO TOMADO DE MARCA