El PSG recibe al Olympique de Marsella el domingo en el clásico francés. Un encuentro de alto voltaje que obligará a reforzar el dispositivo policial en la previa, con hasta 350 agentes de seguridad en los aledaños del estadio. Los aficionados del cuadro de Sampaoli, sin embargo, están vetados en París. El Ministerio del Interior publicará un decreto en las próximas horas en el que prohibirá su desplazamiento a la capital para evitar disturbios.

Como ocurrió en Marsella a finales de octubre, las autoridades impidieron viajar a los seguidores del PSG al Vélodrome después de unos primeros meses de temporada marcados por el vandalismo y la violencia de los más radicales, que se encargaron de robarle el protagonismo a los futbolistas. Ante el riesgo de que pudieran repetirse ese tipo de altercados en la antesala del choque en el Parque de los Príncipes, Francia ha preferido proteger el ambiente del clásico.

Un partido que mide a los dos mejores equipos de la Ligue 1. El PSG busca un triunfo que le permita acercarse un poco más a la liga, la única ilusión que le queda a los de Pochettino después de la cruda eliminación en Champions. El Marsella, segundo pero presionado en la tabla por el Stade de Rennes, quiere dar la sorpresa en casa del futuro campeón para garantizarse un puesto la temporada que viene en la máxima competición de clubes a nivel europeo.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO