Alarma total en los Lakers. Con Anthony Davis aún convaleciente de su lesión, el conjunto angelino pierde ahora también a su otro pilar, LeBron James tras lesionarse en el partido que su equipo perdió ante los Hawks (99-94). La estrella sufrió un aparatoso esguince de su tobillo derecho en el transcurso del segundo cuarto y abandonó el partido rumbo a los vestuarios cojeando y entre evidentes gestos de dolor. Ya no volvió.

Hasta el momento de lesionarse King James estaba siendo, como habitualmente, el mejor de su equipo, tras firmar 10 puntos, un rebote y cuatro asistencias en apenas 11 minutos en cancha. Los Lakers dominaban en el marcador, pero fue irse él y llegar el derrumbe, que tomó cuerpo tras el descanso al encajar los angelinos un parcial de 0-9 de inicio que acabó en un 12-22.

Ni Harrell (23+11) ni Schroder (16+7+4) ni Morris (12+6), los mejores de los Lakers en ausencia de su líder, lograron enderezar el partido. Se acercaron en el último acto pero los Hawks, liderados por Collins (27+16), Gallinari (18 con 4/6 triples) y Trae Young (14+5+11) no perdieron el pulso del partido y aseguraron la victoria para Atlanta.

A la espera de que el cuerpo médico de los Lakers ofrezca un parte oficial, la preocupación es máxima en el actual campeón de la NBA, que espera que las pruebas a las que se someta su estrella no revelen ninguna lesión más grave. Lo que parece poco probable, de momento, es que LeBron pueda jugar este domingo en Phoenix ante los Suns, salvo recuperación milagrosa, que no parece.