Mientras viajaba en el micro de Nigeria hacia San Petersburgo para enfrentar a Argentina, a Obi Mikel le sonó el celular y recibió un golpe durísimo. Un integrante de su familia lo llamó y no fue para darle palabras de aliento. En cuanto escuchó que su padre había sido secuestrado, tuvo que comunicarse inmediatamente con las personas que lo tenían cautivo para arreglar el rescate. Sin poder contárselo a nadie y con una hombría y una entereza admirable, el capitán salió a la cancha para representar a su país. Aunque su papá ya fue liberado, el mal momento quedará en su memoria para siempre.
Pa Michael Obi fue capturado en Enugu, al sudeste de Nigeria, mientras viajaba en una autopista. Y Mikel le contó al diario inglés The Guardian cómo fue el minuto a minuto de esta dramática situación. “Recibí una llamada cuatro horas antes del inicio del partido para contarme qué había pasado. Me dijeron que lo matarían si se lo informaba a las autoridades o se lo contaba a alguien. Tampoco quería discutirlo con el entrenador (Gernot Rohr) porque no quería que mi problema se convirtiera en una distracción para él y el resto del equipo el día de un juego tan importante”.
Y agregó: “Estaba emocionalmente angustiado, confundido, y tuve que tomar una decisión sobre si estaba mentalmente listo para jugar. No sabía qué hacer pero, al final, supe que no podía dejar a 180 millones de nigerianos. Tuve que cerrarlo de mi cabeza, suprimir el trauma e ir a representar a mi país. Jugué mientras mi padre estaba en manos de ladrones”. Hay que aclarar que esta es la segunda vez que su padre es secuestrado: la primera fue en 2011, también en Nigeria.
Our men have rescued Pa Michael Obi, the father of the Super Eagles captain Mikel Obi.
He was kidnapped along Markurdi – Enugu expressway but we rescued him today 2nd July, 2018 around 14:00hrs at Egede in Udi LGA of Enugu State.He is hale and hearty.
— EnuguStatePolice (@PoliceNG_Enugu) 2 de julio de 2018
Luego de una semana, su papá fue liberado en las últimas horas por las fuerzas de seguridad de Enugu y aún no hay detenidos. El hombre fue obligado a caminar cinco kilómetros bajo una intensa lluvia hasta el lugar donde fue privado de su libertad. Y según Ebere Amaraizu, el portavoz de la policía, Obi pagó 24.000 euros de rescate. Además, aunque afirmó que Michael no tenía signos de violencia, el jugador dio otra versión: “Agradezco a las autoridades policiales por sus esfuerzos de rescates. Desafortunadamente, mi padre ahora está en el hospital por la tortura que recibió durante su captura”.