Entretenido para unos, aburrido para otros. El Clásico del Astillero jugado la noche de ayer tuvo tantas opiniones sobre su juego como polémicas en el mismo.

Por un lado los amarillos reclaman el penal sobre Alvez, por otro los azules el penal sobre Guagua, nadie conforme con el arbitraje y mucho menos con el resultado.

Y es que en los cálculos estaba que alguno de los dos se lleve los tres puntos. En un escenario más optimista, Emelec es el mejor parado, de los dos puntos que le faltaba para alcanzar a Delfín, ahora solo uno los separa del cuadro manaba.

Más allá del análisis técnico, lo que faltó fue el gol, por más que para alguno el partido haya sido emocionante y bien jugado, la ausencia de gol hace que todo sea menos dulce o más amargo, como lo quieran ver; es como ir a una fiesta y no bailar una sola canción.

Tuvieron que pasar 788 días para volver a ver un Clásico en empate a cero goles. En esa ocasión se jugó en la ciudad de Manta (por la remodelación del Capwell)