Cuenta en Suiza y firmas de Belice: los pagos offshore a Forlán y Riquelme

El Villarreal, el equipo milagro que asombró a Europa y que llegó a una semifinal de Champions, el club de fútbol en el que reventaron Diego Forlán y Juan Román Riquelme, tenía un reverso ‘offshore’. Una década después, una sentencia de la Audiencia Nacional ha puesto patas arriba las cuentas del club y desvela pagos en Suiza a sus estrellas, uso de sociedades holandesas y firmas en Belice para eludir al fisco español. Los jugadores no han sido acusados de nada, los pagos salen en un contencioso de Hacienda contra el club. El Villarreal no ha querido comentar la información.

El pasado 8 de septiembre, la sección segunda de lo contencioso de la Audiencia Nacional dictaba sentencia por una inspección que hace más de 10 años la Agencia Tributaria abrió al Villarreal. El fútbol lleva tiempo bajo la lupa de Hacienda y la delegación de Valencia suele ser la pionera en investigar a los clubes. El Villarreal recurrió a la Justicia para intentar rebajar la factura de 2,55 millones que le había impuesto Hacienda en concepto de impuestos eludidos. El club lo ha conseguido en parte, porque la Audiencia ha declarado prescrita la mitad del ejercicio 2005.

Más allá de los plazos y los razonamientos jurídicos, la sentencia es interesante por ver con detalle cómo se mueve el opaco dinero del fútbol, ya que el fallo repasa varias operaciones de esa época y los pagos ‘offshore’ concretos. Hay comisiones de agentes por actividades desconocidas, futbolistas que percibían ingresos en Uruguay pese a jugar en España, cuentas en Suiza, sociedades en Alemania, Belice y Holanda… El caso fue por lo contencioso porque, hace una década, Hacienda no solía denunciar estos casos por la vía penal por delito fiscal. Los jugadores no están acusados de nada, es el club el que debe pagar por no tributar correctamente.

El 25 de agosto de 2003, a punto de cerrarse el mercado de fichajes, el Barcelona cedió al Villarreal a Juan Román Riquelme, exquisito y taciturno mediapunta argentino, de forma gratuita. El futbolista no había triunfado en el Barça, pero sí lo haría en Villarreal, donde llevó al equipo a una semifinal de Champions (falló un penalti en el último minuto contra el Arsenal que lo habría clasificado para la final).

Tres días después de que los clubes pacten la cesión, el Villarreal y Riquelme firmaron un contrato de trabajo y ese mismo día el club reconocía una deuda de 730.000 euros con la sociedad holandesa Play Internacional BV. Esa firma debía cobrar seis pagos de 121.666 euros por la intermediación, aunque el contrato entre los clubes no hablaba de que hubiera realizado ninguna gestión. “Ni el Villarreal ni el FC Barcelona han dado detalles sobre la supuesta mediación de Play Internacional BV, aunque se les requirió”, señala la sentencia. Los jueces no se creen que Play Internacional BV realizara ninguna gestión: “Como se ha dicho en el contrato de cesión de 25/08/2003, intervinieron dos agentes licenciados que actuaron en nombre del jugador, por lo que no se comprende la necesidad de contratar con otra sociedad que realice la función de esos agentes”. Y añade que nunca hubo contrato.

Como las facturas que emite la sociedad holandesa son periódicas, la Justicia cree que en realidad se trataba de parte del sueldo del futbolista. “En las facturas emitidas por Play Internacional BV, que se remiten periódicamente al Villarreal CF, figura la mención de servicios por la temporada 2003-2004 por el contrato de 28/08/2003 concerniente a Juan Román Riquelme, descripción que parece vincularlas a la retribución periódica del futbolista”.

Play Internacional BV había vendido por 500.000 dólares los derechos de imagen de Riquelme a Baleno, una firma de Belice. A cambio de esa mínima cantidad, debía recibir los 10 millones de euros en cinco años que el Barcelona y TV3 —que entonces colaboraba con los derechos de imagen de los futbolistas— debían abonar al jugador. Ese año, el Villarreal tenía que pagar al futbolista un millón de euros y la sentencia explica la mecánica. En vez de pagarle un millón en España, que abonaría un 45% de impuestos, le pagó 730.000 euros en Holanda. De ahí, el dinero fue a una cuenta que Baleno, la firma de Belice, tenía en Suiza. El jugador, que cobrando en España habría recibido 550.000 euros limpios, se llevaba más de 700.000 en Suiza. Y el club también se ahorraba dinero. Siempre según la sentencia.

Ese primer pago está prescrito para reclamarlo, según la sentencia, porque la inspección se prorrogó más tiempo del legalmente establecido. Pero la mecánica se prorrogó durante años. En 2005, al terminar la cesión de dos años, el jugador renovó con el Villarreal para cuatro temporadas más. El mismo día en que firmaron el contrato, el Villarreal reconoció una deuda de 3,16 millones con Quadris BV, otra sociedad holandesa gemela de Internacional Play. Quadris trasladó el dinero a la misma cuenta de Baleno en Suiza.

En Suiza, Hacienda pierde la pista al dinero, pero la Justicia española considera que “estos importantes pagos están indudablemente vinculados con la contratación del jugador, que a la hora de firmar su contrato de trabajo tiene también en cuenta las retribuciones que va a percibir en Suiza a través de sociedades interpuestas”. Es decir, que Riquelme cobraba parte de su salario en Suiza a través de sociedades interpuestas: “Responde a las reglas de la lógica afirmar, como hace la Administración tributaria, que tales pagos responden a la retribución del trabajo personal del jugador”. Esa deuda con Hacienda no está prescrita.

Las mismas sociedades aparecen en los pagos a Diego Forlán, el delantero uruguayo que logró la bota de oro en el Villarreal procedente del Manchester United. El jugador fue fichado en agosto de 2004 y, de nuevo, los días del acuerdo el Villarreal reconoce una deuda con Internacional Play BV de 750.000 euros. Al poco de recibir el dinero, Play Internacional lo transfiere a cuentas de Baleno en Suiza, igual que hacía en el caso de Riquelme. El tribunal considera que ese dinero es un “pago de retribuciones del trabajo bajo la apariencia de servicios de intermediación en la contratación de un futbolista”. “Encontrándose los pagos realizados en el seno de una contratación que origina una relación laboral, y no acreditando el sujeto pasivo otra causa de los mismos, responde a las reglas de la lógica afirmar, como hace la Administración tributaria, que tales pagos responden a la retribución del trabajo personal del jugador”, concluye. Aunque admite que la reclamación está prescrita.

Forlán ya aparecía en la lista Falciani y en los papeles de Panamá. El futbolista uruguayo abrió Rosario Trading Company para gestionar una cuenta suiza en el HSBC de Ginebra en la que, junto a otra, acumulaba 1,4 millones de dólares en 2007.

En el caso del Villarreal, todo se ha dirimido por la vía administrativa. Pero los pagos ‘offshore’ a futbolistas como estos han entrado en una nueva fase con acusaciones por parte de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, que ahora lo llevan en vía penal con peticiones de cárcel. Entonces, en Hacienda no tenían muy claro que se pudiese sostener ante un tribunal la existencia de delito fiscal, según fuentes del sector. Mascherano, Adriano, Eto’o, Messi, Cristiano Ronaldo, Marcelo, Mourinho, Xabi Alonso, Carvalho, Coentrao, Di María… han sido acusados de delito fiscal y mayoritariamente han buscado condenas de conformidad con la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Sin embargo, hace unos años, en Hacienda había dudas de que esto se pudiera considerar delito fiscal en los tribunales y se quedaban normalmente en la vía contenciosa.

-PAGOS EN ALEMANIA A GALCA. Además de los pagos en Suiza a Riquelme y Forlán, la sentencia entra en otros conceptos que escapan a Hacienda. Hay unos pagos que suman 165.000 euros al rumano Constantin Galca que cobraba a través de la sociedad alemana Lazario GMBH. Según la sentencia, era un acuerdo para rescindir el contrato aunque está prescrito.

-COMISIÓN EN ARGENTINA. El mundo del fútbol está lleno de agentes e intermediarios que cobran comisiones por asuntos desconocidos. La sentencia analiza el pago de 120.000 dólares en 2005 al abogado argentino Marcelo Open por el fichaje del portero Mariano Barbosa desde el club Atlético Banfield, de Argentina. El letrado afirmó que el dinero había ido a pagar “tasas y derechos de transferencia”. Pero la Agencia Tributaria no traga, entre otras cosas porque ha analizado el reglamento de la FIFA que “dispone en su artículo 9 la gratuidad del certificado de transferencia”.

“La Administración no niega que la adquisición de los derechos que nos ocupan puede implicar una serie de gastos accesorios, pero estos gastos deben estar acreditados no bastando con una mera factura emitida en fecha 12-07-2005 por el señor Marcelo Open que, según dice, está ‘actuando por cuenta y orden del Club Atlético Banfield’, en concepto de pago de tasas y derechos de transferencia por importe de 120.000 dólares, pues tales tasas y derechos no se han acreditado”, señala la sentencia.

-COBROS EN URUGUAY. En los traspasos de los futbolistas Figueroa, Arruabarrena, Bataglia, Tachinardi y Soria, cobraron unas sociedades uruguayas, Trinos, Sulber y Ukenel. Hacienda considera que toda la actividad profesional de estos se realiza en España, que “es donde residen y realizan sus entrenamientos, y participan en las competiciones deportivas”.

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