La Bundesliga le pertenece a pocos. La liga de fútbol de Alemania quedó en manos del Bayern Munich en 25 oportunidades; Borussia Dortmund ganó 5 veces, al igual que el Borussia Mönchengladbach; Werder Bremen lo logró 4 veces; Hamburgo y Stuttgart festejaron en 3 ocasiones. Y todo esto ocurrió en un lapso de 53 años. No hay lugar para las sorpresas porque el poder y los mejores jugadores suelen estar en el equipo de Baviera, que viene quedándose con el título de manera consecutiva desde la temporada 2012/2013. En ese país, el Munich manda.

En 2009, un empresario muy exitoso posó sus ojos en la ciudad de Leipzig para dar otro paso en el mundo del fútbol. Se trata de Dietrich Mateschitz, uno de los hombres más poderosos y adinerados. El austríaco de 72 años fundó en 1984 la hoy famosa Red Bull, la marca que comercializa bebidas energizantes. Su fortuna, según la revista Forbes, ronda los 10 mil millones de dólares. Tras el éxito, entendió que gran parte del negocio estaba en meterse en el deporte: hoy tiene su escudería en la Fórmula 1 y sponsorea a más de 600 atletas. Pero dio en la tecla al sumarse al fútbol. Hoy tiene cuatro equipos: RB New York, RB Brasil, RB Salzburg y RB Leipzig. Y la polémica gira en torno a estos últimos dos.

Resulta que tanto el RB Salzburg como el RB Leipzig están en puestos de clasificación a la Champions League y solo uno podrá jugarla: una de las reglas de la UEFA afirma que dos equipos del mismo dueño no pueden disputar el torneo. “Ningún individuo o entidad legal puede tener control o influencia en más de un club participante en una competición de clubes de la UEFA”, explica el reglamento. Lo que hizo la empresa fue salirse del accionariado del Salzburg y empezar a participar como sponsor. Pero eso no sería suficiente, es por eso que actualmente se asesora legalmente para no quedar fuera de la competición.

El periodista alemán Florian Riesewieck, en diálogo con Toda Pasión, explica que al día de hoy la opción más viable es que solo uno de los dos equipos participe de la próxima edición de la Champions. Y todo parece indicar que será el Salzburg, pese al deseo de los directivos de la cúpula de Red Bull, quienes creen que el Leipzig podría aspirar a tener una mejor performance en el campeonato que la “filial” de Austria. El método que utilizaría la UEFA para definir al “ganador” es el de darle la plaza al que termine en mejor posición en el torneo de su país. El Leipzig está segundo y necesitaría de un milagro para desbancar al Bayern Munich, mientras que el Salzburg es líder con comodidad y seguramente saldrá campeón porque tiene 15 puntos de ventaja y no hay ningún equipo fuerte para dar vuelta la historia.

En Alemania la revolución del RB Leipzig genera sentimientos encontrados. Hinchas de otros equipos simpatizan por el estilo de juego, que es arriesgado y ofensivo; la gran mayoría está en contra porque la empresa Red Bull llegó con millones y millones para invertir en infraestructura y futbolistas de nivel.

RB Leipzig en realidad se llama RasenBallsport Leipzig. Se trata de una estrategia de Red Bull (RB) para burlar la regla de la Bundesliga que prohíbe ponerle el nombre de una empresa a un club de fútbol. El desembarco empezó en 2009, cuando el empresario Mateschitz adquirió la plaza del SSV Markanstädt de la quinta división del fútbol alemán. En ese acuerdo, el Leipzig absorbió las inferiores del Markanstädt y el cuerpo técnico para comenzar a competir. El impacto fue total: con los millones, el equipo se armó con futbolistas experimentados de otras categorías y logró resultados rápidamente. En los últimos 7 años, logró cuatro ascensos directos, y llegó así a primera división.

En el camino, hinchas de equipos rivales expresaron su odio al RB Leipzig por el modelo mercantilista que adoptó. Cantan contra ellos, los reciben con banderas plagadas de insultos y, en más de una oportunidad, hubo incidentes entre fanáticos. El caso más extremo tuvo lugar en 2016, cuando el 20 de agosto la gente del Dynamo Dresden lanzó al campo de juego una cabeza de toro (el emblema de la marca de energizantes). Esta temporada también hubo un cruce muy fuerte con la gente del Borussia Dortmund, que les lanzó huevos, piedras y bengalas a sus pares del Leipzig.

Para sorpresa de todos, el RB Leipzig deportivamente es un éxito. Hoy está segundo en el torneo y a 8 puntos del líder Bayern Munich: se trata del mejor debutante de la Bundesliga en toda la historia. En su primera campaña en la máxima categoría está consiguiendo resultados que pocos esperaban, como por ejemplo ser el segundo equipo menos goleado con 31 goles (el Munich tiene 17). Y la categoría sub 19 del Salzburg se coronó campeón de la UEFA Champions League Youth, torneo exclusivo para juveniles.

En Alemania aún creen en la tradición de los clubes, es por eso que están en contra del Leipzig y su esquema empresarial. Lo más interesante es que esto ya ocurrió en otras oportunidades: el Bayer Leverkusen tiene detrás a la gran farmacéutica Bayer; el VfL Wolfsburgo, a la automotriz Volkswagen; el Hoffenheim oculta detrás de escena a otro empresario exitoso: Dietmar Hopp, co-fundador de la compañía de software SAP AG que tiene una fortuna de 9,5 mil millones de dólares. Pero el odio, en este caso contra el Leipzig, es más fuerte.

Este deporte vivió cambios muy grandes en las últimas dos décadas. Los grupos empresarios se metieron en el ambiente y compran jugadores. China mueve millones y millones para impulsar su liga; el FIFA Gate destapó la grave corrupción de la cúpula dirigencial; distintos medios y periodistas aseguran que Qatar pagó toneladas de dinero para comprar los votos y quedarse con el Mundial 2022. Y así, muchísimos casos más. El desembarco de Red Bull en el fútbol es un ejemplo más de esta transformación. ¿Habrá más casos en el futuro?