Thursday, December 26, 2024
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Ranieri y la maldición de los últimos campeones de la Premier

Claudio Ranieri es el último, de momento, entrenador arrastrado por una maldición que se hace sitio en la Premier y que le convierte en otro campeón que no supo sobrevivir a su éxito, después de ser despedido por el Leicester a la temporada siguiente de haber conquistado el título.

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Inglaterra, donde no hace tantos años la figura de los entrenadores era casi intocable y los despidos se entendían como la excepción que confirma la regla, ha sucumbido a las urgencias de los resultados y la globalización que ha convertido en dueños de más de la mitad de los clubs a empresarios o holdings extranjeros ha provocado esa nueva realidad.

Cuatro de los últimos seis entrenadores que ganaron la Premier desde 2010 fueron destituidos antes de acabar la siguiente temporada... Pero, más aún, un quinto no fue mucho más allá: Alex Ferguson se retiró tras conquistar el título en 2013. Solo Manuel Pellegrini, campeón en 2014 y que dejó el Manchester City en la primavera de 2016, resistió en su puesto. Aunque sin librarse de las críticas.

Si el 19 de septiembre de 2007, al cabo de un año y cuatro meses de conquistar su segunda Premier con el Chelsea, Mourinho acordó la rescisión de su contrato con Abramovich en lo que se consideró en aquel momento una noticia excepcional (aunque la figura del portugués estaba ya bastante cuestionada), a partir de 2011 ni los campeones se han visto libres de unos despidos que se han convertido en habituales en la Premier.

Carlo Ancelotti, que fichó por el Chelsea en el verano de 2009 después de ocho años al mando del Milan, conquistó la Premier en la temporada 2009-10... Y fue despedido el 22 de mayo de 2011, unas horas después de cerrar la Premier del siguiente curso con una derrota en Stamford Bridge frente al Everton.

El italiano, que se embolsó una indemnización cercana a los ocho millones de euros, se despidió con el tercer mejor porcentaje, en aquel momento, de victorias en la historia de la Liga inglesa, solo por detrás de Mourinho y Ferguson.

Dos años después le tocó el turno a Roberto Mancini. Mancio llegó al banquillo del Manchester City en 2008, después de enlazar tres Scudettos con el Inter, y precisó tres cursos para conquistar la Premier 2011-12 (la primera citizen desde 1968). Idolatrado por la hinchada, no pudo acabar la siguiente campaña.

Alejado del United en la Liga, la derrota en la final de la FA Cup frente al Wigan el 11 de mayo de 2013 sentenció su despido tres días después, una jornada antes de acabar el torneo de la regularidad. Mancini se despidió agradecido a la afición con una página entera en la prensa, que fue correspondida por los fans en las páginas de La Gazzetta dello Sport.

José Mourinho fue el siguiente. Volvió a lo grande en el verano de 2013 al Chelsea sustituyendo a Rafa Benítez y en su segunda temporada, la 2014-15, ganó la Premier con gran holgura, cinco jornadas antes de acabar el torneo gracias a una victoria... En Leicester.

Pero la digestión no fue buena en Stamford Bridge y el 17 de diciembre de 2015, tres días después de ser derrotado en Leicester y quedar el campeón un punto por encima del descenso, Mou fue fulminado.

Ranieri ha sido el último caso y probablemente el más extraño, tanto por el apoyo explícito que le trasladaron los dueños del Lester tres semanas antes como por la realidad de un club que nada tiene que ver con los más poderosos de la Premier.

NTF