Esta es un una pintura que fue hecha después del terremoto del 16 de Abril, y durante la inolvidable campaña del “Independiente del Valle” en la Copa Libertadores.
Es testimonio de un país que en uno de los momentos más difíciles de su historia, se unió en apoyar a un equipo joven, que sin embargo lograría cosas asombrosas, volviéndose un ejemplo incorruptible de la solidaridad y la esperanza.
Como el fútbol, es fantasioso el juego entre el tiempo y el arte. Ambos comparten estar siempre suspendidos entre el antes y el después.
Los dos nos presentan la documentación de algo que fue, y simultáneamente la esperanza de lo que será. Ambos son reflejos de distintas realidades; nos demuestran quienes somos, y quienes podemos ser, nos presentan la oportunidad de afrontar hasta la situaciones más adversas con dignidad y esperanza, y siempre nos invitan a soñar.
