Según devela la autobiografía de Cristiano Ronaldo, escrita por el periodista Guillem Balagué y que saldrá a la venta el día 19, Alex Ferguson intentó que el portugués fichara por el Barça. En enero de 2007, a los seis meses del cambio en la presidencia, se produjeron nuevos contactos entre Jorge Mendes y José Ángel Sánchez. Ramón Calderón recibió buenas noticias, el representante confirmó que el portugués deseaba marcharse del United. (…) “Sé que hay interés del Madrid pero no puedo hablar de ello. Alex Ferguson y Carlos Queiroz lo saben y me han prohibido hablar del Real Madrid”, decía Ronaldo, con una supuesta ambigüedad que todo el mundo podía descifrar.
Ferguson respondió de inmediato. “Vendemos a los jugadores a los que queremos vender y de ninguna manera Cristiano Ronaldo se va a marchar”. Primer asalto. (…) En marzo de 2007, Ronaldo insistió en la estrategia (…). “Todo el mundo sabe que me encanta España. Me gustaría jugar allí algún día (…)”. Un mes después prorrogó su contrato con el United hasta el 2012. E incluyó, algo inusual en un contrato de un futbolista de la Premier, una cláusula de rescisión de unos 75 millones de euros por si el Madrid u otro gran club se decidían a apostar por él. Con una condición, era necesaria la confidencialidad, nadie podía contar a nadie que Ronaldo tenía un precio. “No me gustan los clubes ingleses… Antes de morirme quiero ver a mi hijo en el Madrid”, llegó a decir Dolores en enero de 2008 al diario AS (…). Sus palabras no sentaron muy bien en el Manchester United. A ese deseo materno se sumaron las declaraciones públicas de Calderón de hacerse con Ronald o.
La prensa madrileña publicó que el Madrid estaba dispuesto a pagar 120 millones por el jugador, pero el Madrid sabía que con 75 bastaban. (…) El United decidió enviar una carta a Ramón Calderón en la que se le rogaba que dejaran de hablar de Ronaldo (…). Pero el Madrid contaba con un arma poderosa. Ronaldo estaba dispuesto a tensar más la cuerda. Era el verano de 2008 (…). La estrategia creada por Mendes y Cristiano, y sugerida desde las oficinas del Santiago Bernabéu, pasaba por reconocer que deseaba fichar por el Madrid. (…)
Dos días después de la final de la Champions de Moscú, Alex Ferguson subió el tono del debate. “Calderón habla, Schuste r habla, usan al Marca como su vehículo para desestabilizar a jugadores”, declaró. Ese verano de 2008, AS publicó que el Madrid pagaría la cláusula de Ronaldo. Y el escocés se subió definitivamente al ring (…). Alex Ferguson organizó un viaje a Portugal para abortar definitivamente el intento del club español (…). El escocés tenía muy claro que no podía dar su brazo a torcer. (…) Esto era mucho más que una venta, se trataba de mantener su autoridad a ojos del mundo. (…) Había intentado las semanas anteriores una estrategia maquiavélica. Preparándose ante la tesitura de no poder convencer al portugués para que se quedara, contactó al Barcelona para que fuera su siguiente destino. Cualquier cosa menos el Real Madrid. Pero Ronaldo tenía muy claro dónde quería ir. (…) Sir Alex buscó un acuerdo entre caballeros que ya había contrastado con Mendes (…). “Te tengo que decir una cosa. No te voy a dejar marchar este año. Como contrapartida, si se comportaba bien en los próximos doce meses, si le daba lo suficiente al club y el Madrid volvía con una cifra récord, sir Alex se comprometía a dejarle marchar.