Todavía estaban eufóricos por la victoria ante Italia que les clasificaba para jugar los octavos. Pero, inmediatamente, los fervorosos seguidores de la República de Irlanda recordaron la triste jugada que les dejó sin ir a la Copa del mundo de Sudáfrica 2010. Se tocaban el antebrazo, no olvidan la mano famosa de Thierry Henry que les privó de un mundial. Aseguraban que “nos vamos a tomar la revancha en Lyon contra Francia”. Un veterano seguidor, pelirrojo, con gran barba aseguraba que “yo estuve allí, en París, fue un escándalo”.

Todo empezó un 18 de noviembre de 2009 en el Stade de Francia. Los ‘bleus’ recibían a Eire en la vuelta del desempate para poder acudir a Sudáfrica 2010. Robbie Keane había adelantado a los verdes en el minuto 33 y había enmudecido el estadio de Saint-Denis. Había igualado el gol francés de la ida en Dublín. Pero en la prórroga llegó la famosa jugada. Fue en el minuto 103, en plena prórroga, cuando Thierry Henry controló el balón con el antebrazo, posteriormente le dio el pase a William Gallas que marcó el gol que llevaba a los ’bleus’ a Sudáfrica. Aunque quizá si llega a saber todo lo que sucedió luego en la concentración de Krysna, con huelga incluida de los internacionales tras la sanción a Nicolas Anelka por insultar gravemente al técnico Raymond Doménech, igual la echa fuera.

Tal fue el escándalo a nivel mundial que la FIFA, que entonces estaba comandada por Joseph Blatter, lo arregló a su manera: le pagó cuatro millones de euros a la federación de Eire por las molestias ocasionadas. Eso sí, a cambio les pidió que no presentaran denuncia por lo ocurrido en el Stade de France.

Cosas del destino y del fútbol, dos años después, Eire se clasificó para el Euro ante Armenia por una expulsión injusta del portero por tocar presuntamente el balón con la mano fuera del área. Fue el jugador irlandés Simon Cox, según propia confesión, quien había tocado el esférico con la mano, no el guardameta.

Thierry Henry, ahora comentarista de televisión con la BBC, visitó la concentración de Eire en este Euro. Hubo un comportamiento elegante por las dos partes. Pero Eire no olvida y quiere la revancha deportiva. No en vano en pleno sorteo de esta Eurocopa, los irlandeses ya pedían tener a los ‘bleus’ como rivales.