La idea pareció correcta. Si el tiro libre en contra era demasiado cerca como para que el arquero pudiera resolver, había que poner la mayor cantidad de gente que ocupara el arco. La idea se la tomaron en serio los jugadores del Ajax. Once jugadores se pararon sobre la línea de gol, en un tiro libre en el área chica.

El remate pegó en uno de los defensores y se fue al córner. Al final, fue victoria del Steaua Bucarest, por penales, luego de vencer por 2 a 0 en el partido. De esta manera, el equipo rumano avanzó a los octavos de final de la Europa League.