Tal como dice el refrán e que todo hay en ‘la viña del Señor’ en el fútbol se lo puede aplicar a los hinchas, unos más fieles que otros. En este artículo realizado por la BBC de Londres se mencionan los diez principales defectos de los hinchas que aquí se los etiqueta como ‘noveleros’.

Los aficionados del Real Madrid tenían seis años sin disfrutar tanto en un clásico contra el Barcelona como lo hicieron el pasado fin de semana en el estadio Santiago Bernabéu.

Los «diablos rojos» del Manchester United auparon a su equipo desde el minuto inicial en el agónico empate contra el Chelsea en Old Trafford.

Pero en las gradas de ambas catedrales del fútbol, mezclados entre los «verdaderos hinchas» de los dos equipos, también hubo miles de los llamados seudoaficionados, aquellos seguidores que hacen cosas que generan rechazo entre los que sienten pasión por unos colores.

En BBC Mundo les preguntaron a sus lectores cuáles son esos hábitos que diferencian a un buen hincha de uno malo y éstos fueron los 10 pecados más repetidos.

1.- Irse antes de tiempo del campo

Aunque no lo crea, son muchas las personas que prefieren salir del estadio antes del pitazo final para evitar la multitud, algo que molesta a Cecilia, en León (México), y a David, desde San Lorenzo (Paraguay).

El marcador a segundos del fínal. Luego llegó el «milagro» de los dos goles de Manchester United en la Liga de Campeones de 1999.

¿Se imagina a los aficionados de Manchester United que abandonaron el Camp Nou en la final de la Liga de Campeones en 1999, cuando remontaron en tiempo de descuento y vencieron a Bayern Múnich?

2.- Abandonar al equipo en las derrotas

Para Dalirio De León, desde Panamá, «un verdadero hincha es el que está con su equipo en las buenas y las malas, incluso si su equipo cae a segunda división».

El Atlético de Madrid que descendió en la temporada 1999-2000.

¿Qué hubiera sido del Atlético de Madrid sino hubiera sentido el respaldo de los aficionados colchoneros cuando bajaron al «infierno» de segunda?

3.- Los «clasiqueros»

La definición de la palabra «clasiqueros» es para «aquellos aficionados que sólo van a los partidos importantes, a los derbis contra el clásico rival o las finales».

Pocos son los que se pierden los clásicos del fútbol en sus ciudades y a nivel mundial.

Según agregó Sergio Vargas, desde Bogotá, Colombia, estas personas son los que les quitan los puestos a los hinchas de verdad ya que son capaces de comprar entradas más caras.

Sin embargo, para Emilio Mondaca, quien escribió desde Pichilemu, en Chile, «el verdadero hincha, aunque viva lejos, debe por lo menos ir a ver el clásico de su equipo. Yo por ejemplo viajo para ver a mi equipo Santiago Wanderers de Valparaíso vs. Everton de Viña del Mar».

4.- Los hinchas de la «opera»

«Ser un incondicional, hincha, ultra, hooligan de un equipo de fútbol significa estar las 24 horas del día con el nombre de tu equipo en la cabeza. Defenderlo a muerte dentro del estadio y en las calles. ¡Apoyar al equipo de tu ciudad siempre! Ir en contra de los ‘aficionados’ come pipas que creen que van al teatro o la ópera en lugar de fútbol».

Nada más qué agregar a las palabras de Manuel Blanco, un ultra del Real Betis en Sevilla.

5.- Los que siguen a un jugador

Muchas personas señalaron a aquellos que sólo siguen a un jugador, que «está feliz de que haya mercado ese jugador aunque el equipo haya perdido», como dijo Mónica, desde Cartagena, Colombia.

Radamel Falcao ha jugado por Lanceros, River Plate, Oporto, Atlético de Madrid, Mónaco y ahora Manchester United.

También están los que se alegran porque a un jugador le vaya bien más allá de que juegue para tu equipo rival, son hinchas que suelen priorizar la nacionalidad antes que el club.

6.- Alentar sin saber a quién

Cecilia, en México, asegura que le ha tocado presenciar a personas que gritan «nombres de jugadores que ni siquiera están en la cancha. Peor aún, no se saben ni quiénes integran al equipo».
Una opinión similar es la de Roberto Francisco Meléndez, en Santiago, Chile, para quien «un mal hincha es aquel que no está atento al devenir de su equipo, que desconoce la historia de su club».
Meléndez también destaca «al que no es capaz de ir a la cancha teniendo el tiempo y el dinero para hacerlo».

7.- Destruir el estadio

Hay aficionados que en lugar de alentar a su equipo, en especial en los partidos de visitante, se dedican a destruir las instalaciones del estadio del equipo rival.

Los aficionados más radicales atentan contra la infraestructura en los estadios. «El gran pecado del hincha, en especial el latino, es causar diferente tipo de daño a la infraestructura de los estadios. Eso es muy lamentable», dijo Marco Valbuena, en Bogotá, Colombia.

8.- El teléfono

Llegar a la final de una Copa, estar en los minutos finales del partido y perderse el gol decisivo por estar pendiente del teléfono o sacando un selfie no tiene justificación para nuestros lectores.

Sin palabras.

«Creo que también se puede aplicar a los conciertos», dijo Luis Raymundo, ‏@lraymundo, en Perú.
Marc Burrows, en Inglaterra, les da un consejo a aquellos que graban los goles, tiros de esquina, faltas e incluso todo el juego en sus dispositivos: «Miren el partido».

9.- Abuchear a tu propio equipo

Adriana Hernández Morín, desde Santa Catarina en Nuevo León, México, dice que no soporta «ver criticar al equipo cuando aún no se acaba el partido, que es cuando el equipo más lo necesita. Empiezan a abuchear en lugar de apoyar».

Muchos aficionados no están de acuerdo con darle la espalda al equipo durante los partidos.
Pablo Díaz, ‏@pablodiazf, comparte esta opinión: «Insultar antes, durante y después del partido. ¡Quédate en la casa mejor! ¡Durante se alienta!».

10.- Los VIP

«No alientan, no cantan, casi ni aplauden y dejan una enorme mancha de asientos vacíos en las gradas cuando comienza el segundo tiempo», se quejó Marcelo Arancibia, @marcegooner07, desde Venezuela.

En la final de la pasada Liga de Campeones que se disputó en el estadio Da Luz de Lisboa, Real Madrid y Atlético de Madrid dispusieron de 17.000 entradas para sus aficionados, mientras la UEFA se reservó 31.000 entre entradas.

Gran parte de este lote, unas 24.000, fueron destinadas a cumplir con sus diferentes compromisos con patrocinadores.