Como diría un refrán muy viejo «No hay mal que por bien no venga» se puede aplicar para el plantel y cuerpo técnico del Barcelona SC tras la eliminación de la Copa Sudamericana ante el Libertad.

Al ver los rendimientos y de las complicaciones por el trajín de cada uno de los jugadores la situación recuerda a algo vivido en el 2012 tras perder ante el Gremio de Porto Alegre.

Ese año (para mí con mejor plantel que el actual) tuvo muchos problemas con las continuas lesiones musculares, entre otros pero se  supo reponer de la eliminación, pudo concentrar al final y logró el campeonato.

El lograr un torneo internacional sin duda sería el logro más importante de la historia del club pero no se pudo avanzar a pesar del sistema de rotaciones que trató de imponer el DT Rubén Israel.

BSC extrañó mucho a Matías Oyola. El capitán es un pulmón en el medio sector y el complemento ideal de Álex Bolaños. Tiene material para hacerlo, Blanco está haciendo de goleador.

Tras ganarle al Emelec ellos ya se han puesto como objetivo esta etapa para tratar de conseguir su estrella número 15.