La victoria del Liverpool ante el Sheffield United significó mucho más que tres puntos. Los tantos de Mané y Salah se convirtieron en la tinta y la pluma con la que los reds escribieron su nombre en la historia de la Premier, ya que, 365 días después, siguen invictos en una competición que se les resiste desde hace tres décadas, cuando la liga inglesa ni siquiera se llamaba Premier League. Este año, al que llegan con la insignia de campeones del mundo bordada en el pecho, no existe otro objetivo para los de Klopp.

Y es que el 3 de enero de 2019 trae recuerdos amargos para los aficionados de la ciudad de los Beatles. Fue entonces cuando el Manchester City, que llegaba a siete puntos al encuentro, les infligía su última derrota y comenzaba a dar la vuelta a un título que se perdió en un mar de empates. La conquista de la Champions League fue más que balsámica, sí, pero en Inglaterra existe un fetiche especial con la hegemonía nacional y con acabar con una maldición de finales del siglo pasado.

En estos 37 partidos de liga que han pasado, uno menos de los 38 que todavía tiene que disputar, el Liverpool ha sumado 101 puntos -uno más que el récord establecido por los de Guardiola en la 17-18-, 32 victorias y marcado 89 tantos. Mané, con 25, Salah, con 19, y Firmino, con 10, han sido sus máximos artilleros, mientras que Alexander-Arnold, con 17, y Robertson, con 13, han sido los mejores repartiendo pases de gol.

El próximo rival del Atlético de Madrid en Europa llega como el tercer equipo de la historia de Inglaterra en conseguir esta hazaña, aunque el récord, que lo tienen Los Invencibles del Arsenal en 49 partidos sin caer, todavía queda lejos.