Sahar Khodayari será recordada como una líder entre las mujeres que luchan por tener los mismos derechos que los hombres en Irán. Tras haber sido condenada  a seis meses de cárcel por ignorar la prohibición de asistir a un evento deportivo, falleció tras haberse prendido fuego fuera del Tribunal Revolucionario de Teherán.

Su “delito” se remontaba al 12 de marzo cuando se disfrazó de hombre para asistir al partido entre Esteghlal y Al Ain y burlar, de esta manera, la prohibición de entrar al estadio.

Su muerte ha reactivado  las protestas para que las mujeres puedan asistir a los partidos de fútbol, al igual que los hombres, y se le ha pedido a la FIFA que interceda en el asunto.

Justamente, las autoridades de la entidad que regula el fútbol a nivel internacional han salido a aclarar que se mantendrán “firmes” para garantizar que las mujeres tengan acceso a todos los partidos de fútbol en Irán a pesar de las afirmaciones de que el organismo rector del fútbol mundial podría haber evitado la muerte de la activista.

Según la FIFA, las autoridades iraníes le han “asegurado” que las mujeres podrán asistir a todos los partidos. El jueves pasado se han vendido 3.500 entradas a mujeres para el partido por la clasificación al Mundial de 2022 que enfrentará a Irán contra Camboya en Teherán.

A pesar de esto, Amnistía Internacional calificó este movimiento por parte de los organizadores como de un “truco publicitario”, ya que el estadio tiene capacidad para 78.000 personas.

Por el lado de la FIFA, la directora de educación y responsabilidad social, Joyce Cook, dijo: «No se trata solo de un partido. No vamos a apartar la vista de esto. Estamos totalmente enfocados en asegurarnos que las mujeres puedan asistir a este partido el 10 de octubre y trabajar de manera pragmática para garantizar que las mujeres también puedan asistir a los partidos locales en la liga de fútbol. La FIFA tiene una posición muy firme: los fanáticos tienen el mismo derecho a asistir a los partidos».

Por el lado de Amnistía InternacionalPhilip Luther recalcó que “solo permitir que se vendieran 3.500 entradas a mujeres fue “un truco publicitario cínico por parte de las autoridades con la intención de encubrir su imagen tras la protesta mundial por la trágica muerte de Sahar Khodayari”.

La prohibición a las mujeres de asistir a un estadio de fútbol se había levantado el año pasado temporalmente para que las mujeres pudieran ver la Copa del mundo masculina en un estadio de Teherán. Esto provocó esperanza, ya que también se las autorizó a ver el partido de vuelta de la Final de la Liga de Campeones de Asia. Sin embargo, a las mujeres se les volvió a denegar el acceso a los partidos desde ese momento. Mientras, los clérigos  insisten en que no tienen que asistir para estar protegidas del mal lenguaje y de la vista de hombres semi desnudos.