El Madrid menos reconocible de los últimos tiempos conquistó la victoria más cómoda de la temporada, más por sensaciones que por amplitud del marcador. Volvió a cerrar bien su parcela, luciendo la colocación de Casemiro y la velocidad en la recuperación de Militao, y recuperó a Vinícius para la causa. Encasquillado ante el gol, abrió la lata en un tiro afortunado. Rodrygo remató la función y desató las expectativas. Tiene clase, y tiene gol.

Es evidente que el año del doblete es la referencia para Zidane. Conquistó Liga y Champions con un programa de rotaciones casi científico, sacando músculo con su segunda unidad cada vez que el calendario apretaba. Al francés, que conoce el negocio como nadie, no le tiembla el pulso para sentar a ocho titulares frente a un recién ascendido como Osasuna, aunque invicto y que ya avisó ante el Barça de su potencial.

Sorprendió que entre tanto cambio, incluida la portería, no tocara la sala de máquinas,. Casemiro y Kroos se plantaron en el Bernabéu porque no hay muchas más alternativas sin hacer inventos raros. Con ellos más la experiencia de Ramos bastó para controlar el duelo, sin alardes. Y es que Osasuna es un equipo incómodo. Juegue quien juegue. Había ganas de ver a Chimy Ávila y Roberto Torres, destacados en el buen arranque rojillo. Arrasate los dejó de salida en la reserva, y aún así el equipo fue sólido.

Total, que la noche pintaba perfecta para Vinícius. Es un jugador imprevisible, y no sólo en el desborde. Cuando parece que va a tirar, centra. Cuando parece que va a centrar, regatea. Y además depende tanto de la inspiración que, cuando no le sale, se embolica. El Bernabéu empezaba a silbar las salvas del brasileño cuando arrancó Kroos, abrió a Vini y, por sorpresa, tiró una rosquita buena que se fue a la escuadra. No se sabe qué habría ocurrido de no tocar Raúl Navas y desviar la parábola, el caso es que la pelota entró y el chico se echó al suelo, emocionado por ver puerta. Al fin.

Pudo aumentar la cuenta el brasileño en otro tiro lejano. Se le fue arriba. Pero quien malgastó una bala preciosa fue Jovic. Tras un error entre Roncaglia y Estupiñán, Lucas arrancó en ventaja junto a Jovic, le cedió el gol y el ariete, con la zurda, tiró arriba. No es su pierna buena, pero de un goleador consumado, que se lo que se le supone, se espera que resuelva aunque sea con el trasero.El caso es que cuando le cayó a la derecha, tras un servicio estupendo de Lucas, ejecutó con limpieza. El VAR revisó la posición y, con suspense, decretó fuera de juego milimétrico.

Osasuna agradeció el margen estrecho y buscó estirarse con los cambios. Jagoba cambió el ataque al completo, dentro Chimy y Juan Villar, fuera Brandon y Cardona. El problema no estaba en el ataque rojillo sino en la medular, porque el Madrid no sufría para imponerse. Atrás, con Militao rapidísimo, no concedieron ocasiones. Y arriba, la brega de Casemiro y Valverde permitió descolgarse a Kroos, que disfrutó asomándose al área.

Pero faltaba la guinda. Jugador de la primera plantilla a todos los efectos por decisión de Zidane, Rodrygo entró por Vinícius y las comparaciones fueron odiosas. Recibió un estupendo pase largo de Casemiro, controló orientado a un toque, enfiló a Lillo, le salió por dentro y colocó con la derecha, cruzado, donde los porteros se duelen. Alta definición.

Al contrario de otras citas, el partido estaba liquidado. Por ritmo y por persidencia, estuvo más cerca el 3-0 que el 2-1. La serie de partidos ligueros permite encadenar tres victorias consecutivas en el mejor momento, antes de someterse a la prueba del Metropolitano. Será el momento de mostrar si el lider acepta el reto de la regularidad, la gran prueba del equipo blanco.