Después de haber realizado cinco fichajes ya para la próxima temporada, Real Madrid tiene claro que es momento de dar un impulso a la «Operación Salida». Con 37 jugadores en la nómina, tienen que pulir la plantilla blanca de cara al inicio de la pretemporada, que comienza este próximo lunes 8 de julio. No es viable realizar la mejor preparación posible con semejante cantidad de jugadores.

Y si bien es cierto que nombres como Marcos Llorente o Mateo Kovacic ya han hecho las maletas, el que debe ser el gran traspaso del verano sigue totalmente estancado: Gareth Bale, que la semana que viene se subirá al avión hacia Montreal con el resto de la expedición blanca, según afirma el sitio Goal.

Es una situación que en el Madrid querían evitar, ya que Zidane no cuenta con el galés, tal y como demostró ya antes del final de la pasada campaña. Sin embargo, en estos casi dos meses desde el último partido de Liga ante el Betis (en el que Bale ni pudo calentar en el Bernabéu), la situación sigue exactamente en el mismo punto: el galés asegura que quiere quedarse en el Madrid, haciendo oídos sordos deliberadamente a las señales que le ha dejado su entrenador, también a los fichajes que han llegado en posiciones similares a la suya, y no asoma ninguna salida clara en el horizonte tampoco.

Y es más, tampoco hay ningún indicativo de que vaya a cambiar esta situación durante la próxima semana, antes del inicio de la gira. A día de hoy, no hay previstas reuniones, ni ofertas, ni cumbres. Así las cosas, Zidane y Bale se verán las caras de nuevo en diez días en el vestuario merengue y, obviamente, también en ese avión que les lleve a norteamérica. Es un callejón sin salida.