De cumplir 19 años en Herzogenaurach a festejar los 32 en Brasil. Leo Messi arranca una nueva aventura con la Selección, su noveno torneo internacional con la Mayor, con la ilusión de que por fin de le dé, que por fin se corte la sequía personal y también la de todos, ya que el último título fue allá por 1993, cuando la estrella del Barcelona recién pateaba la pelota en los potreros de Grandoli, en su Rosario natal.

Lionel va de nueve (o de nuevo). Con el mismo sueño que cuando le tocó compartir la habitación con Oscar Ustari, en el Mundial de Alemania, cuando debutó en un Mundial con apenas 18, unos días antes de soplar 19 velitas. Son muchas las experiencias de aquel chiquilín que se quedó en el banco el día de la eliminación con Alemania, en Berlín, por penales.

Messi ya tiene cuatro mundiales en el lomo y quizás la última experiencia, la de Rusia, fue la que más triste lo dejó, ya que fue su peor Copa del mundo en lo personal y en lo grupal para Argentina desde el 2002. Con Leo en el plantel, la Selección había metido dos cuartos, la final con Alemania en Brasil, hasta la triste derrota con Francia, en Kazán.

Ésta será su quinta Copa América, un trofeo con el que siempre coqueteó, pero que se quedó tres veces en la puerta de levantarlo. Messi disputó las finales en Venezuela 2007 (caída 0-3 con Brasil), Chile 2015 (derrota por penales con el local) y la Copa Centenario 2016 (traspié, otra vez por penales ante Chile). En el único torneo que no llegó hasta el último día fue en la Copa América de Argentina 2011, cuando la Selección perdió con Uruguay, en los malditos penales, en los cuartos de final en Santa Fe.

Leo tiene por delante una nueva final con el Barcelona, el sábado por la Copa del Rey ante el Valencia. Y luego arribará a Buenos Aires para sumarse a los entrenamientos de la Selección de Scaloni, técnico con el que sólo disputó un encuentro (la caída ante Venezuela, en Madrid). Más allá de haber estado poco en el ciclo, el mejor del mundo se mantiene en contacto con el cuerpo técnico y sabe que la Selección no llega de la mejor manera a Brasil, que será una era de recambio y que habrá que tener paciencia. Pero quién le quita la ilusión al Diez, que va de nueve…