Después del partido, ya en el aeropuerto de Liverpool, se vivió un momento de tensión entre algunos aficionados del Barça y Leo Messi. Era aproximadamente la 1 de la madrugada, las 00:00 en Inglaterra, cuando el capitán azulgrana llegó al aeropuerto acompañado por Pepe Costa, director de la oficina del jugador.

Messi tuvo que someterse al control antidóping y se retrasó más de lo habitual, con lo que se sumó a la expedición azulgrana algo más tarde. Justo en el control de seguridad, un grupo reducido de aficionados del Barça, decepcionados por la derrota, le recriminaron al capitán la eliminación de la Champions. Leo, también afectado por la decepción y por haber escuchado algún insulto, se giró hacia ellos diciendo que qué pasaba. Pepe Costa, encargado de la atención a los jugadores, se lo llevó para que el roce no fuera a mayores.

Paralelamente, otro grupo de aficionados, también reducido, salió en defensa de Messi y le aplaudió.