El Real Madrid presentó el pasado martes la reforma del Santiago Bernabéu y la semana próxima firmará la línea de financiación que le van a conceder dos bancos americanos (Merrill Lynch y JP Morgan), que a su vez colocarán la deuda blanca en forma de bonos entre inversores norteamericanos, principalmente fondos de pensiones y aseguradoras. Serán 575 millones con los que el Madrid pagará una obra que, de momento, ha tasado en 525 (aunque es de esperar algún sobrecoste): 300 de obra civil, 100 millones en toda la inversión tecnológica y 125 para el acondicionamiento interior y del entorno (el exterior, propiedad del Ayuntamiento, también corre a cargo del Real Madrid).

Aunque el coste total también incluye los intereses que el Real Madrid deberá abonar por el préstamo que va a solicitar y, según ‘El Mundo’, ese coste total se elevará hasta los 812 millones de euros. El diario generalista cita fuentes madridistas que señalan que el club blanco no empezará a devolver el crédito hasta 2023 y que se extenderá en la devolución hasta 2050: 28 años de pagos a razón de 29 millones por temporada, lo que elevaría la factura total a 812 millones, 575 del crédito y 237 de intereses.

El Madrid no fichó para conseguir el crédito

Según ‘El Mundo’, el Madrid conseguiría el crédito con un interés por debajo del 2,5%, aunque eso todavía no está definido y no lo estará hasta la salida de los bonos de inversión. Y explica en su información el diario que una motivación extra para el Madrid a la hora de no hacer fichajes el verano pasado para suplir a Cristiano estaba en su deseo de presentarse a los bancos este curso con las cuentas saneadas y un buen ‘cash flow’ en caja, elementos que habrían facilitado este crédito y que, con el club endeudado por haber encarado un fichaje como el de Neymar o Mbappé, por encima de los 200 millones de euros, habría sido más complicado de lograr.