Anoche, en ‘El Chiringuito’ del canal Mega, mostraron un sorprendente vídeo de Gareth Bale abandonando en su coche el Santiago Bernabéu en el minuto 78 de partido, cuando su equipo iba perdiendo por 0-1 y estaba cerca de encajar el definitivo 0-2.

Los jugadores del Real Madrid que no van convocados no están obligados a quedarse hasta el final de los encuentros en casa, pero lo del galés de cristal, el jugador mejor pagado de la plantilla y el fichaje más caro de la historia del Real Madrid, es una falta de compromiso total con el grupo ya que sus compañeros iban palmando contra la Real Sociedad.

Pero el escándalo fue mayor. Bale, según informaron en dicho programa, estuvo en un antepalco del estadio junto a unos amigos siguiendo el encuentro a través de un ¡monitor de televisión!, como si le supusiera un gran esfuerzo asomarse a un terreno de juego en el que los de Solari protagonizaban otra película de terror.

El de Cardiff es un futbolista que no se ha integrado ni en el vestuario ni a la vida en España. Lleva casi seis años en el Madrid sin hablar públicamente en español, idioma que entiende sin ningún problema. En su día, al ser preguntado por el PSG, no se cortó al reconocer que no veía mucho fútbol y prefería “ver golf” en su tiempo libre. El galés se ha mostrado incapaz de coger el testigo del cada vez más añorado Cristiano Ronaldo y de convertirse en el gran líder del Real Madrid por su fragilidad física (23 lesiones) y mental. Ni está ni se le espera.