Cuando Paul Pogba vio que no estaba a gusto en el United de Mourinho , el agente del jugador movió algunos hilos para sacarle de Manchester. Así, a finales de la temporada pasada, Mino Raiola ofreció el jugador al Barça. Más allá de las pretensiones económicas estratosféricas del jugador, el Barça se puso en contacto con el director general del Unitedpara saber si estarían dispuestos a desprenderse del centrocampista francés y a qué precio. La respuesta de Ed Woodward fue tajante: Pogbaera la niña de los ojos de los dueños del United, la familia Glazer , y consideró que antes se cargarían a Mourinho que vender al jugador. Bartomeu entendió, porque así se lo dijeron, que Pogba era el Messi del Manchester United y, por lo tanto, el Barça entendió lo inviable de la operación y no hizo ni un gesto más para intentar ficharle.

Ahora, medio año después, la realidad ha dado la razón a Woodward Mourinho ya no se sienta en el banquillo, el equipo está liberado y Paul Pogba empieza a ser el líder determinante que mueve al equipo, marca goles y muestra todo su talento. El primer futbolista que costó 100 millones de euros empieza a justificarlo en Old Trafford.