Al redactar la crónica post partido del Independiente vs Emelec, la sensación del partido que realizó Emelec fue penosa, magra y de caer ante el rival sin ningún tipo de objeción o reacción. El término que utilicé de «dolorosa caída» fue porque la realidad del encuentro se dio así y en este análisis pretendo dejar en claro las razones de esta caída 1×3 ante los rayados.

Creo que como titulo este artículo Emelec siempre estuvo mal parado en el terreno de juego, o mejor dicho, nunca estuvo parado, de la planificación de la semana a la cancha no se vio reflejado nada. Algunos de los puntos de partida para exponer los argumentos de la muy mala presentación azul y plomo son los siguientes: Emelec no presionó al rival, siempre defendió en su campo sufriendo las arremetidas del adversario, no tuvo recuperación del balón aún con dos volantes de marca en su alineación, no tuvo la pelota con 5-6 pases consecutivos y tampoco elaboró juego ni tuvo ataque.

Emelec no presionó a Independiente, no pudo repetir la actuación de hace 15 días ante Liga de Quito cuando su presión alta y marca en todos los sectores del campo obligó a que los albos desesperen, jueguen al pelotazo y anularles sus ataques por las bandas. Tampoco tuvo recuperación como ante los azucenas, dónde no habían solo dos volantes de corte sino que los 11 jugadores de Emelec marcaban para recuperar el esférico al momento de perderlo, y al momento de un pase errado de Independiente, los emelecistas enviaban un pase desmedido al compañero. Es por esto que el bombillo estuvo sometido en su campo e Independiente pudo tener facilidades para, a partir de una casi total tenencia de pelota, atacarlo siempre, a veces con más claridad, en otras con menor profundidad, pero cada vez con más aproximaciones y llegadas de peligro.

Así Independiente fue ampliamente superior y Emelec sin hacer pie en la cancha, sin un orden ni aplicación técnica ni táctica, solo podía aguantar agazapado los ataques de los veloces aleros rayados Alejandro Cabeza y Steven Plaza, la dinámica que le imprimieron siempre los mediocampistas Efrén Mera y Sebastián Méndez, y el aporte de Marcos Cangá siempre desbordando por la derecha y enviando buenos centros al área de Esteban Dreer. La figura de Dreer, arquero eléctrico, hizo que Independiente no se ponga arriba en el marcador en la primera mitad y que solo de casualidad la portería de Emelec logre salir ilesa.

Para el segundo tiempo, el cuadro local bajó la intensidad y la presión con la que encaró el juego de entrada y Emelec pudo emparejar las acciones, por disponer un poco más de tiempo de la tenencia de balón. Recién a los 58 minutos de partido los azules pudieron hilar entre 9 a 10 pases seguidos y lograr una salida clara desde sus defensas hasta los volantes y proyectar al lateral Ronaldo Jhonson por izquierda, algo que no se había dado nunca con él ni tampoco con Juan Carlos Paredes por derecha. Ya no había un dominio asfixiante del Independiente e incluso Marlon de Jesús pudo, a través de una jugada individual, sacar un remate peligroso para Hamilton Piedra.

Aún con un cotejo que lucía más equilibrado, el marcador final de 3×1 para Independiente del Valle fue totalmente justificado por lo visto en el primer tiempo y lo pobre que fue Emelec siempre. Los goles del local no llegaron por una supremacía marcada pero si por un máximo aprovechamiento del local a los errores de Emelec, y lograr esa efectividad de la que estaba careciendo hace varios partidos atrás. Emelec tuvo un córner a favor, mandó a 8 de 11 jugadores a campo rival para intentar anotar y al quedar desguarnecido en defensa, Independiente lo aprovechó para el 1-0. Luego Fernando Luna repitió su mal accionar de varios juegos cuando retiene mucho el balón en lugar de jugar más simple y hacer un pase rápido al compañero y Emelec recibió el 1-2. Y después Jorge Guagua quiso bajar un balón aéreo, controlarlo y salir jugando pero falló, no pudo y terminó cayéndose ante la marca y velocidad de Steven Plaza que liquidaría al cuadro millonario para el 3-1 definitivo. No cuento el descuento azul de Marlon de Jesús como algo positivo porque fue una acción aislada que surgió de un lateral y que no correspondía a lo visto en este compromiso, pues Emelec nunca estuvo seguro con el balón en sus pies, erró gran cantidad de pases, y tampoco pudo construir jugadas de ataque.

Para finalizar, en la generalidad de Emelec se ve todo muy malo y fue así en su último partido pero siempre habrá cosas positivas. Destacar desde lo individual a Dreer, quien hizo que la goleada no comience a escribirse desde el primer tiempo, a Leandro Vega, que muestra calidad para salir jugando con la pelota dominada, con solvencia y acierto en rechazos de cabeza, y a Joel López, que tiene técnica en sus pies para jugar y habilitar y fue quien entendió de mejor manera cómo había que sostener el esférico para no sufrir tanto. Emelec ha jugado con distintos esquemas desde la llegada de su nuevo técnico: 4-3-3, 3-5-2 y ahora 4-1-2-1-2, Mariano Soso ha modificado mucho de nombres y planteamiento, pero al equipo aún le falta encontrar una identidad y mantenerla con buen juego en varios partidos. El próximo duelo del campeón ecuatoriano será este domingo 19 de agosto desde las 17h00 en el estadio Banco del Pacífico Capwell ante Deportivo Cuenca.