El West Ham ha tomado medidas severas después de los incidentes que tuvieron lugar el 10 de marzo en el Estadio Olímpico de Londres ante el Burnley. Los malos resultados de los Hammers, situados a dos puntos del descenso, encendieron las iras de los aficionados más radicales, que invadieron el campo con el 0y obligaron a suspender el partido. La decisión del club no se ha hecho esperar y ya es oficial la expulsión de por vida de cinco individuos tanto en los partidos de casa como en los desplazamientos.

Cinco aficionados han sido acusados de cruzar barreras de seguridad y saltar al césped y de “cometer actos de violencia y agresión física”, según el comunicado que ha emitido el conjunto londinense. Además de la invasión, varios hinchas se giraron al palco para increpar y amenazar a los dueños del West HamDavid Sullivan David Gold,que tuvieron que salir escoltados. El club, la policía y las fuerzas de seguridad del estadio están investigando lo sucedido gracias a las grabaciones de las cámaras de video y a los testimonios de algunos testigos.