Alaa Ahmad, arquero del Naft Missan de Irak, les ocultó a sus compañeros y al entrenador la muerte de su hija de apenas cinco días para que no lo dejen afuera del partido ante Al-Shorta, en el que su equipo empató 1-1.

«Falleció horas antes del encuentro. No les dije nada a mis compañeros y tampoco al director técnico, porque sabía que no me iban a dejar jugar. Quería demostrar de lo que era capaz», expresó, antes de romper en llanto.