El infierno no tiene fin. El Milan ya ha tocado fondo y, de momento, no hay manera de salir del túnel. Ni el cambio en el banquillo produjo el efecto esperado. Con el tropiezo cosechado ante el Atalanta, el combinado rossonero sumó la octava derrota del curso y ha ganado un solo partido en las últimas seis jornadas ligueras. Se trata de la tercera derrota de Gattuso en seis partidos disputados desde que se sentó en el banquillo de San Siro.

Sin Suso, sancionado tras dar una patada a un rival, salieron a la luz, una vez más, los problemas del cuadro milanista. Falta de ideas, carencia de juego, errores en salida de balón y muchas dificultades atrás. Además, la afición no le perdona nada al equipo dirigido por Gattuso. El Atalanta por su parte, ordenada en un 3-4-1-2, presionaba alto y no dejaba espacios a los rossoneri.

El gol que abrió la lata fue de Cristante, tras un error de Donnarumma, al que se le escapo la pelota y el mediocentro del Atalanta tuvo sólo que empujar el balón para poner el 0-1. El Atalanta, tras la ventaja, controlaba el balón con paciencia, mientras que el Milan mostrada desesperación y no reaccionó al gol de él que se formó en la cantera rossonera.