Cristiano Ronaldo está dispuesto a dejar el Real Madrid en el mes de junio. No es una decisión tomada en caliente, es fruto de una reflexión profunda después de la última oferta de renovación planteada por el club blanco a la gran estrella del equipo. ‘El Chiringuito de Jugones’ desvelaba que el portugués ya ha comunicado a Florentino Pérez que quiere dejar el club cuando acabe esta temporada y que el presidente no estaría dispuesto a aceptar un traspaso.

Cristiano, con contrato hasta el 2021, percibe alrededor de 23,6 millones anuales, cantidades inferiores al nuevo contrato de Messi con el Barça que ya está en vigor desde junio. Pero lo que esperaba CR7 del Real Madrid es un contrato ‘a lo Iniesta’, una renovación de por vida donde el club blanco elevara la figura de Cristiano al lugar que él cree se merece: el de mejor futbolista de la historia del club. El portugués se mueve más por gestos que por dinero.

El año que ha revalidado el trofeo ‘The Best’ de la Fifa, escogido por capitanes y seleccionadores, y que recogerá de nuevo el ‘Balón de Oro’ de France Football no entiende que la cúpula blanca piense en relevos. Siente Cristiano Ronaldo que la cúpula directiva no valora suficientemente todo lo que ha aportado y aporta al club y que no tienen en cuenta sus opiniones a la hora de planificar las nuevas incorporaciones. Cree que un jugador franquicia como es él tendría que tener más peso y no le ha gustado ni que se cuestionase su rendimiento en base a su sequía goleadora en Liga ni que se le compare a otros futbolistas como Mbappé, que aún no ha demostrado nada. Y por si fuera poco, sus problemas con la Hacienda española le han supuesto un desgaste emocional importante.

Cree Cristiano que el Real Madrid tendría que haberle apoyado más en su cruzada personal con el fisco español. Mantiene el portugués que siempre ha cumplido con sus obligaciones y que su encausamiento se debe a que es una figura mediática sin parangón, de ahí que no haya querido acogerse a un pacto fiscal que acabaría con el proceso después de asumir una importante multa y la condena a 21 meses de cárcel, que no supondría prisión. El portugués ha encontrado la estabilidad emocional con una familia que acaba de dar la bienvenida a un nuevo miembro, la pequeña Alana Martina, cuatro hijos que le hacen sentirse más fuerte para tomar decisiones importantes.