Ganó dos Eurocopas con España, cinco títulos con el Arsenal y uno con el Villarreal. Pero el logro más importante de Santi Cazorla es no abandonar su lucha por volver a jugar al fútbol.

El 10 de diciembre de 2013, en un amistoso entre su Selección y Chile, el mediocampista sufrió una fisura en el tobillo derecho que cambiaría su vida: fue operado ocho veces y sufrió una gangrena que le hizo perder ocho centímetros del tendón de Aquiles, y casi tienen que amputarle el pie.

«El médico me dijo que si volvía a caminar por el jardín con mi hijo, me diera por hecho», le reveló Cazorla al diario Marca. Ahora, Santi ve muy cerca su regreso al fútbol.

Es que recibió un tratamiento impresionante, y hasta le injertaron un trozo de piel del antebrazo donde tenía tatuado el nombre de su hija.