El equipo del Sur de la provincia de Buenos Aires ha conseguido llegar a la final de la máxima competición continental por primera vez en su historia. Las claves de su éxito:

Pepe Sand y su incansable olfato goleador

El delantero de Lanús es toda una institución en el club. Habiendo sobrepasado ya los 100 goles con la camiseta granate, a sus 37 años sigue siendo decisivo para su equipo. En esta Copa Libertadores ha marcado 8 tantos, 2 de ellos en semifinales ante River Plate que fueron vitales para levantar al equipo y conseguir la remontada.

‘Pepe’ Sand ha sido el buque insignia del club en los éxitos conseguidos en los años recientes. Su carácter e insistencia, además de su eficacia de cara a portería, han llevado a Lanús a la primera final de Copa Libertadores de su historia.

Esteban Andrada, un gigante en la portería

Defender la portería de Lanús no es tarea fácil. El equipo vive más en campo contrario que propio y deja muchos espacios que, a la larga, hacen que el portero quede expuesto ante el peligro. Pese a ello, Andrada se ha mostrado en esta Libertadores como un portero fiable, salvando a su equipo en más de una ocasión.

Clave en los penales ante San Lorenzo en cuartos de final, también lo fue en fase de grupos. Y, como no podía ser de otra forma, salvó a su equipo cuando peor lo pasaba en semifinales. Varias manos salvadoras, entre ellas una a Scocco que fue absolutamente decisiva, redimieron al mendocino de un fallo en el 0-2.

Para Almirón se convirtió en innegociable desde que en 2016 se lesionara Monetti. Su juego de pies (fue delantero en su niñez) es ideal para la idea que propone el técnico de Lanús.

Lanús mantiene la base

En los últimos meses la base de Lanús apenas ha sufrido modificaciones. Es cierto que ha perdido a dos hombres clave en la conquista del título de Primera División de 2016 como Miguel Almirón y Gustavo Gómez, pero lo cierto es que pocos jugadores más han partido del club.

La baja del mago paraguayo ha sido la más complicada de cubrir, pues un jugador con tal cuota de talento dejaría una huella imposible de olvidar en prácticamente cualquier club del fútbol sudamericano. Se mantienen hombres de gran importancia en el esquema de Jorge Almirón como Iván Marcone, Lautaro Acosta, Pepe Sand, Román Martínez, Diego Braghieri…

En cuanto a las altas, la política del club ha apostado por los jóvenes que destacaban en el fútbol local. José Luis Gómez y, sobre todo, Leonel Di Placido muestran esto a la perfección.

La Fortaleza es inexpugnable

No hace falta decir que en Sudamérica, la localía es un factor más que decisivo en cuanto a eliminatorias de Copa Libertadores. En este caso, más todavía porque Lanús se ha mostrado intratable en su feudo durante el trascurso del torneo.

En la presente edición de la Copa Libertadores ningún equipo ha tenido más posesión como local que Lanús (66,6%). Además, de los últimos 18 partidos que ha jugado como local solo ha caído en dos (0-1 vs. Boca Juniors y 1-2 vs. Unión Santa Fe por Copa Argentina).

En el presente curso de Copa Libertadores solo el Nacional uruguayo fue capaz de derrotar a Lanús en La Fortaleza (0-1 con gol de Hugo Silveira).

El sello de Jorge Almirón

Jorge Almirón lleva cerca dos años al mando de Lanús. Dos años que se podrían considerar exitosos. El técnico bonaerense ha convertido a la institución en un equipo capaz de pelear por títulos ya no solo en el ámbito local, sino también en el internacional. La final de Copa Libertadores será la segunda que dispute con Lanús, pues la primera fue la de Primera División que ganó frente a San Lorenzo por goleada en 2016.

El sello de Almirón es característico. Sus equipos buscan dominar a través de la posesión del balón. Por ello, la estadística mencionada anteriormente (es el equipo que más porcentaje de posesión tiene como local de toda la Copa Libertadores) tiene tanta importancia. De hecho, es una estadística que dice más de lo que parece, pues demuestra el trabajo del técnico. Demuestra que Lanús es un equipo que se construye a través de la tenencia de la pelota, siempre buscando generar superioridades a través de un movimiento rápido y sincronizado del balón.