Así como existe el Fair Play dentro de la cancha, también aparece fuera de ella: El Fair Play financiero, una norma creada por la UEFA que impide a los clubes gastar más de lo que generan anualmente, lo que los obliga a no tener deudas pendientes.

El PSG ya sufrió las consecuencias por su exceso en 2014 y tuvo que abonar una suma de 60 millones de euros (USD 71 millones), además de cumplir otras sanciones, algo que podría volver a suceder.

La escandalosa suma de 222 millones de euros (USD 254 millones) de la institución parisina por Neymar, volvió a poner en problemas al club, que deberá demostrar que no incumple las reglas que propone el ente máximo de Europa.

Hace casi 10 años, el ex presidente de la UEFA, Michel Platini, decidió poner un punto final a las deudas e inversiones desmedidas de los clubes más ricos. Fue así que se creó el Fair Play financiero, una regla que intentaría regular las finanzas, y que de ser incumplida tendría una sanción ejemplar.

No gastar más de las ganancias que genera el club, es la traducción concreta. No tener deudas pendientes con otros clubes, jugadores y autoridades tributarias es el máximo objetivo.

El Comité de Control Financiero de Clubes de la UEFA (CFCB) es el encargado de verificar, año a año, las cifras registradas por los clubes y deberá hacer cumplir los puntos que propone dicha norma.

Entre ellos, se establece que cada club que dispute alguna competición UEFA deberá demostrar que no tiene deudas pendientes. Por otro lado, incumplir la regla generará diversas sanciones que van desde advertencias, amonestaciones y multas, hasta la exclusión del equipo de las competiciones europeas.

En este caso, el PSG no cumpliría con el Fair Play financiero al gastar más de los ingresos que genera como institución. El club parisino estaría excedido por 130 millones de dólares, sin embargo, un acuerdo comercial podría aclarar los números. El problema podría resolverse gracias a Qatar, quien se haría cargo de pagar la clausula del jugador a cambio de que el brasileño sea el embajador del Mundial 2022. Así, el equipo presidido por Nasser Al-Khelaïfi se despreocuparía de los problemas que le pueda ocasionar dicha norma.

El París Saint-Germain conoce de primera mano los problemas que tendría si no cumple con el Fair Play Financiero, ya que pasó por esa situación en 2014 y tuvo que abonar una multa de 71 millones de dólares (a pagar en tres años) además de limitar su contratación de fichajes a jugadores que no superasen los 60 millones de euros.