¿Estamos realmente listos para pensar en la implementación del sistema de videoarbitraje (VAR) en nuestro Campeonato Nacional?, ¿Es una prioridad para la realidad y el entorno que se vive en el torneo?, ¿Nuestros árbitros están verdaderamente capacitados y cuentan con los recursos e implementos necesarios para ser asistidos por el VAR? Esta y muchas más preguntas surgen a partir del comunicado que emitió la Federación Ecuatoriana de Fútbol días atrás, en donde daban a conocer que ya se habían dado los primeros pasos para implementar este novedoso sistema en nuestro balompié, y de esta forma, ser los pioneros de Sudamérica en utilizarlo.

La forma de aplicarlo y las características de este sistema que se experimenta desde el 2016 y que ya ha tenido protagonismo en el Mundial de Clubes, en el Mundial Sub-20 y en la misma Copa Confederaciones, son más que conocidas y a la vez debatibles. Sin embargo, lo que nos importa es analizar si verdaderamente estamos preparados y si sería correcto empezar a usar este tipo de tecnología que contrasta de gran manera con las carencias y las diferentes situaciones insólitas, y muchas veces vergonzosas, que se dan semana a semana en el torneo nacional.

Desde la suspensión de clubes por deudas cada semana o no poder empezar un partido por la falta de pago a los árbitros y posteriormente cancelar sus haberes en la mismísima cancha, hasta tener que sacar a jugadores lesionados en alzas debido a la falta de carritos ambulancias o camillas para poder asistirlos, son algunas de las situaciones que se vienen rápidamente a la cabeza al momento de pensar que se quiere incorporar este sistema que ni las ligas más poderosas e importantes del mundo, que cuentan con todos los recursos e infraestructuras necesarias, se han atrevido a hacerlo de forma inmediata.

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Podríamos enumerar un sin números de situaciones anecdóticas que nos harán pisar tierra y reconocer que nuestro campeonato aún tiene tintes folklóricos que nos alejan de ser el gran torneo, pero el fin de este análisis no es hacerlo sino reconocer que no es posible pensar en dar este enorme paso sin antes ver que aún faltan muchísimas cosas por mejorar y que deberían ser prioridad para los dirigentes de nuestro país.

Muchos creerán que esta forma de pensar es un poco «negativa» o «mediocre» ya que no estoy a favor de incorporar inmediatamente este moderno sistema que claramente ayudaría a corregir los inagotables errores arbitrales y a evitar tantas polémicas que vivimos fecha a fecha, pero cuesta creer y aceptar que se piense en dar este gran paso cuando nisiquiera tenemos un nivel de árbitros por encima de lo regular, y peor aún, estadios con instalaciones modernas y con los recursos básicamente necesarios que permitan una correcta ejecución de esta idea.

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Con excepción de Barcelona, Emelec o Liga que cuentan con estadios propios y modernos, la gran mayoría de equipos juega en condición de local en estadios pertenecientes a federaciones provinciales, lo cual también es un gran inconveniente ya que en caso de pensar en la implementación de este sistema, la FEF tendría que invertir en estos escenarios que deberán contar obligatoriamente con monitores con distintos tiros de cámara, salas completas de transmisión para repetir jugadas, accesorios e implementos modernos para comunicar de forma ágil y correcta las decisiones entre los árbitros, etc.

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No basta simplemente con decir «implementaremos el VAR», hay que hacer una autoevaluación de nuestro entorno y realidad y analizar todos los aspectos que rodean nuestro fútbol y que involucran a clubes, jugadores, federaciones de cada provincia, escenarios y árbitros. Existen cosas mucho más urgentes por solucionar en nuestro fútbol y que requieren atención e inversión inmediata, antes que implementar algo que vaya a funcionar a medias y que en vez de ser una solución, se convierta en un problema.

Jimmy Aguas Rivadeneira