Kaká se reencontró con el Real Madrid. El brasileño dejó Chamartín hace cuatro años por la puerta de atrás tras haber costado 67 millones de euros y mañana se medirá a los blancos en el equipo de las estrellas de la MLS en calidad de capitán del Orlando City, donde lleva las dos últimas campañas y media.

Antes del entrenamiento de ambos equipos en el Soldier Field de Chicago pasó por el vestuario blanco para abrazarse con Marcelo y Casemiro. También con Ramos. “Es un partido muy emotivo para mí, ya me pasó cuando me medí al Milán cuando jugaba con el Madrid”, decía ayer el brasileño en la zona mixta del propio Soldier Field: “Será muy especial compartir terreno de juego con el Madrid”.

A Kaká lo esperaba una furgoneta para salir volando hacia el hotel donde se aloja el equipo de la MLS, pero tuvo tiempo para hablar de dos nombres propios. Primero Zidane. “Su trabajo es increíble es increíble en sólo año y medio, sólo puedo darle la enhorabuena”. Luego, Cristiano y su posible salida. “Son especulaciones, ojalá tome las mejores decisiones y sea feliz donde sea”.