La angustia acompaña al jugador argentino de 29 años Gerardo Corvalán de la Primera B Nacional de Argentina debido a que la directiva del Gimnasia Mendoza decidió finalizar su relación con él después de haber fallado un penal decisivo para el ascenso del equipo a Primera División.

Corvalán está consciente de que su error en el terreno de juego le ha costado perder su trabajo y el departamento donde habitaba que es parte del club.

«No me voy, me echaron. Me dijeron que no me iban a renovar, que no me iban a tener en cuenta. Me lo comunicó Julio Díaz, primero me pidió el departamento y le pregunté si no me iban a renovar y dijo que no, que lo había decidido la Comisión», señaló el defensa.

«Tengo bronca porque fue una decisión de ellos, pero me quería quedar para volver a pelear y lograr el ascenso que se nos escapó. Me sorprendió, quería tener revancha y pensaba que la podía tener. Hoy por hoy no tengo club», agregó.

Gerardo aceptó que tuvo un nivel irregular durante una parte de la temporada, pero recalcó que su penalti errado fue clave para perder su lugar en la escuadra argentina.