Transcurrían 78 minutos del partido entre Universidad Católica y El Nacional cuando una lesión obligó que Romario Ibarra no acabara el compromiso.

El rápido volante tuvo que ser sustituido por uno de sus compañeros, pero al llegar al banco de suplentes no aguantó la impotencia y quebró en llanto, a tal punto que su entrenador, Jorge Célico, tuvo que acercarse a consolarlo.